domingo, 29 de septiembre de 2013

"VISITA INESPERADA"

Me hallaba en la plenitud de mi vida, un novio que me adoraba, una familia cariñosa y un trabajo que disfrutaba. ¿Qué más podía pedir?

Normalmente Dani venía a recogerme al trabajo todas las tardes, y cuando no lo hacía regresaba caminando, no era mucho trayecto y aprovechaba para ver tiendas o hacer algún recado.

Una tarde intuí que alguien me seguía, solo era un presentimiento pero lo suficientemente fuerte como para creer en él. Me giré y varias personas se dirigían en la misma dirección que yo pero no conseguí distinguir a nadie que que estuviese a esa labor. Deseché ese pensamiento, seguro que era una tontería.

A la hora de comer siempre volvía sola y esa sensación seguía en mí, aunque en ninguna ocasión aprecié a nadie. Día tras día esa misma percepción me perseguía, llegando a obsesionarme tanto que observaba a la gente con desconfianza. Nunca le comenté nada a mi pareja, no quería preocuparlo, probablemente era algo con lo que me había obcecado sin razón.

Los últimos días la sensación parecía ser mucho más poderosa, notaba esa presencia en todo momento: tomando un café con mis amigas, estando con Dani, incluso hallándome sola en casa. Despertaba de noche intranquila y la notaba a mis pies, si estaba en la ducha sabía que fuera de la mampara me estaba esperando y si veía la tele con seguridad la presentía detrás de mi.

Todos comenzaron a decir que me notaban ausente y distraída, y así era, no conseguía concentrarme en nada, había perdido interés en todo, incluso en los momentos íntimos con mi novio.

Era lunes por la noche. Después de cenar me fui para la cama con intención de leer un rato. No había quedado con mi chico ya que me sentía cansada y pretendía ir temprano para la cama. Estaba pensando en ir al psiquiatra ya que no era normal lo que me estaba pasando, además me estaba afectando en todo. Debería contárselo a Dani para que me entendiese, lo tenía confundido y pensando que nuestra relación se estaba enfriando.

Después de leer un rato, me dispuse a dormir. Apoyé mi libro en la mesilla y apagué la luz de la lamparita. No había hecho más que acomodarme buscando postura cuando una luz blanca y potente iluminó mi habitación.

Me asusté pero pensé que era un sueño. Una figura vestida de negro con una gran capucha que no dejaba ver su rostro, se apostó a los pies de mi cama. Con voz ronca y profunda me habló:
  • He venido a buscarte, supongo que ya lo sabes, llevo días persiguiéndote, dejando que sientas mi presencia para que puedas ser consciente de lo que te va a pasar...
  • Si -contesté- hace días que soy consciente de que alguien me sigue, pero ¿quién eres?
  • ¿Todavía no lo sabes?¿No te dice nada mi aspecto? -la fuerza y dureza de su voz, imponía-.

Mi corazón latía descontrolado, la misma muerte estaba delante de mí, reclamando mi alma. El vello se erizó en mi piel y mi respiración entrecortada me ahogaba...
  • ¡Soy el futuro y el fin de todas las personas, y ahora es tu momento! He intentado hacerte sentir mi presencia, para que supieses que llegaba tu final y dejases zanjados todos tus asuntos, pero mostrándote esquiva has evitado la recepción del mensaje y ya no puedo retrasar más el momento.

No podía ser verdad, llevaba días sin ver a mi familia. A mi chico lo tenía confundido y hacía tiempo que no le decía cuanto lo amaba. No era justo marcharme así. Necesitaba más tiempo...
  • Lo siento -continuó- no puedo darte más tiempo, ahora deberás acompañarme y si tienes temas pendientes dispondrás del que necesites vagando entre los vivos hasta que dejes todo resuelto.

Levantando sus manos y elevándose sobre mi, reclamó mi alma. Sentí un dolor muy profundo y agudo que duró solo unos instantes, dejando a continuación una sensación de paz y alivio. Me vi flotando sobre mi cuerpo y pensé con añoranza en mi amor, en los hijos que nunca llegarían y en el futuro que nos habíamos prometido. Tendría un tiempo para conseguir hacerle saber cuanto lo quería, hasta entonces no descansaría en paz, solo esperaba que ese momento no tardase mucho,  aquí todo era oscuridad y frío,  sabía que
en el otro lado, el descanso sería plácido y eterno.


4 comentarios:

  1. Me gusta todo lo que e leido, pero creo que algunos relatos son muy tetricos, como si tuvieses una obsesión con la muerte. Ojo no es critica, es opinión

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  2. No te preocupes, aunque fuese una crítica no sería nada malo, las acepto encantada. Con respecto a la muerte no es obsesión, quizá curiosidad, supongo que lo que no entendemos o no podemos entender, todo lo que sea misterioso crea una cierta atracción. Gracias por tus comentarios. :D

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  3. La muerte no tiene tanta importancia, ocurre y desaparecemos para siempre, es el final a partir del que ya no hay consciencia ni pensamiento ni quejas ni remordimientos. La muerte solo le preocupa al que cree que luego habrá otra cosa.

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    1. Probablemente tengas razón. Para muchos la muerte es un misterio, me gustaría creer que hay algo más para asi poder vivir mejor, por lo menos más en paz, pero como no lo sabemos, a disfrutar el día a día, que es lo que nos queda.
      Un beso Alfonso.

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