sábado, 5 de octubre de 2013

"EL FARO" (2ª parte)

La noche transcurrió entre terribles pesadillas que atormentaban a Lisa, en todo momento aseguraba que una mujer estaba con ellos en la habitación, señalando una y otra vez hacia la pequeña cómoda, decía escuchar un llanto amargo y dolorido y refería que la miraba suplicante, pero no le hablaba, por lo que no sabía que requería de ella. Estaba muy asustada y temblorosa, y él solo podía abrazarla acunándola, no entendía lo que estaba pasando así que no sabía como poder ayudar a su bella esposa.

Se levantaron temprano, había sido una noche horrible y estaban agotados, pero la impaciencia podía con su ánimo y después de desayunar se encaminaron hacia el faro.

El día había amanecido lluvioso pero con una temperatura cálida, lo que presagiaba en cualquier momento el inicio de una tormenta. Era un detalle sin importancia, no las temían y no era un inconveniente para ellos.

En la planta baja no hallaron nada, tampoco había mucho donde buscar, así que se dirigieron a la parte de arriba, allí habían encontrado la caja y quizás podrían encontrar algo más.

Ian se preguntaba que hacían allí, era una locura... con toda probabilidad Lisa se hallaba sugestionada por esas cartas, no era más que eso, si esos episodios seguían sucediéndose, tendrían que dar por finalizadas las vacaciones, no podía permitir que ella acabase trastornada por culpa de una historia de amor frustrada que ni siquiera sabían si había ocurrido en realidad.

Examinaron todo minuciosamente sin encontrar ninguna pista al respecto, de hecho aquello estaba desalojado, así que habían decidido marcharse. Fue entonces cuando él observó el cajón de una pequeña mesa, parecía que estaba mal encajado. Iba a dejarlo así, pero algo lo atrajo hacia allí. Sacó el cajón que estaba vacío y volvió a introducirlo; aunque ahora estaba bien colocado alguna cosa obstaculizaba su camino sin dejarlo llegar hasta el final. Lo quitó de nuevo y asomó su vista hacia el hueco...

Distinguió lo que parecía ser un papel pegado en la trasera, introdujo su mano sacando con facilidad aquello. Parecía un gran sobre de color amarillento castigado por el paso del tiempo, desdoblándolo sacó lo que contenía en su interior. Lisa se había sentado a su lado, presa de una gran curiosidad. Había tres fotos en blanco y negro descoloridas, aún así se distinguía a una bonita pareja, la manera como se miraban y se abrazaban dejaba entrever el amor que fluía entre ellos. Había algo más, una carta...

Ella se la arrancó de las manos con ansiedad, comenzando a leer en voz baja primero, comenzando a trasmitirle esas letras enseguida:

                                                                    Palquins Ville, 22 de mayo de 1.822
Yo, Mariam Siscam, hija de John y Madelain Siscam, en pleno uso de mis facultades psíquicas quiero declarar y declaro que:
Ante el amor que nos unía a Anthony Marcs y a mí, mi padre John Siscam y mi hermano Timothy Siscam, mostrándose en contra de nuestra relación, el día de ayer dieron muerte a mi amado tirándolo por el acantilado.
Así pues, he decidido acabar con mi vida, colgándome en el lugar que esconde nuestros momentos de amor y donde por fin lo sellamos. El faro era nuestro escondite y nuestro confidente, fiel testigo de nuestros encuentros y promesas.
A quien encuentre esta carta, le ruego que por favor, de parte a las autoridades, para que por fin los culpables paguen el daño que han hecho, no solo se trata de una víctima, sino de dos y de toda una vida por delante.
A vosotros que me estáis leyendo, gracias y que Dios os guarde.

Era increíble, había ocurrido de verdad. Se dirigieron con rapidez al pueblo, acercándose a la oficina del sheriff, y entusiasmados le mostraron lo que habían encontrado, contándole todo lo que sabían de la historia. Era tarde, pero tal vez conseguirían dar la paz al alma de la joven que tantos años esperó a que se supiese lo que en realidad había pasado.

Se mostró agradecido aunque como imaginaban, el suceso carecía de importancia, habían pasado muchos años. Al parecer los ancianos del pueblo contaban la historia de la bella Mariam y el joven encargado del faro Anthony, el cual había fallecido al caerse accidentalmente por el acantilado y la hermosa joven no pudiendo soportar la triste pérdida de su amor, acabó suicidándose en el interior del faro.

Ellos ahora, le regalaban la historia verdadera y completa, una bella historia que haría las delicias de jóvenes y viejos, y sobre todo del turismo que empezaba a llegar a la zona atraídos por el contraste de mar y bosque que disfrazaba la zona.

Esa noche, él la vio también. Una luz armónica y blanca de mucha intensidad iluminó la habitación, en el centro comenzó a vislumbrarse la forma de una mujer en un halo de luz azul que contrastaba hermosamente con la luminiscencia que la rodeaba. Era preciosa, una larga melena rizada que le llegaba hasta la espalda dulcificaba su rostro que era amable y sereno. Un vestido blanco y largo cubría su cuerpo dejando entrever una figura perfecta. Sonrió agradecida, y mirando hacia atrás dejó descubrir a otro ser, agarrando la mano de su amada pudieron distinguir a Anthony que se acercó y también les sonrió, tras lo cual todo comenzó a difuminarse hasta que desaparecieron.

Por fin durmieron plácida y felizmente, adivinando que habían hecho posible que las almas de esa pareja pudieran encontrarse, para no separarse jamás. A la mañana siguiente encima de la cama encontraron una bonita foto del pasado de la pareja sonriendo en plena dicha y una rosa blanca. Algo que conservarían hasta el fin de sus días.

La experiencia vivida fortaleció su relación, valorando mucho más el tiempo juntos y sus encuentros, cuidando al detalle su matrimonio.

El pueblo se enriqueció gracias al turismo que comenzó a llegar por allí, atrapados por la dulce historia de final trágico de Anthony y Mariam.



                                                     F I N




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