jueves, 12 de septiembre de 2013

"EL REGRESO"

Mañana sería un gran día, el día más esperado de toda mi vida. Es curioso como la vida en ocasiones, te desvía del camino que llevabas tan felizmente, guiándote hacia un destino que no termina de complacerte, para finalmente volver a llevarte hacia tu origen.

Tenía ocho años cuando mis padres y yo tuvimos que hacer las maletas y escapar a otra tierra a labrarnos un futuro. Una mala gestión por parte de mi padre, nos había llevado a la ruina, perdiendo todo lo que habíamos conseguido hasta el momento.

Vivíamos en un pequeño pueblo de pescadores y recordaba con añoranza los baños en la playa con mis amigos, los días de colegio, y las fiestas de Navidad con la familia. Pero lo que más melancolía me causaba, era una niña dos años más pequeña que yo, pecosa y casi siempre con coletas. No era habitual en la pandilla, pero sólo Dios sabe la razón de aquella nostalgia hacia ella.

Y llegó el día, embarcamos desde Alemania con destino a Santiago de Compostela, no me gustaba viajar en avión, pero nunca desee tanto el estar subido en este aparato. En Santiago ya nos estaban esperando un montón de familiares deseosos de vernos y abrazarnos. Acomodándonos en el coche cogimos destino a Marín, mi tierra.


Estaba todo muy cambiado, pero la casa de mis abuelos parecía seguir igual, ahora sería nuestro hogar. Miré hacia el puerto y ahí estaba ella, creo que la habría reconocido aunque pasasen quince años mas. Esas pecas y ese pelo ahora sin coletas eran inconfundibles. Ella me miró sonriéndome y caminando hacia ella sabía que Dios la había dispuesto para mi.

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