Había
crecido en aquel pequeño pueblo, amparada por una comunidad
protectora que más parecía una gran familia, siempre había sido
así, por lo que a nadie le parecía fuera de lo normal la extraña
convivencia que allí se terciaba.
Sin
embargo, yo siempre había presentido que algo extraño había en
nuestro pueblo, jamás salíamos de él, era la primera regla y la
más importante, allí estábamos supuestamente protegidos del mal
que viajaba por el mundo. Mi curiosidad innata y mi espíritu
aventurero, me hacían imaginar como sería la vida fuera, y
esperaba que llegase el día en el que pudiese salir. Nunca hablé
con nadie de estos pensamientos que me inundaban, ni tan siquiera con
mi buena amiga Nataly. No se si es que todos se habían acomodado a
esa clase de vida, o es que no gozaban de curiosidad hacia lo
desconocido, algo que en mi parecía tan natural.
Allí
cultivábamos, producíamos y teníamos de casi todo. Lo que nos
llegaba a hacer falta, se encargaba una cuadrilla de hombres, que
saliendo al anochecer, se dirigían a la ciudad en busca de nuestras
necesidades. Incluso, en alguna ocasión esporádica, llegaba a
producirse alguna baja, sin que jamás yo hubiese escuchado alguna
explicación al respecto. Lo que si sabía, es que estábamos
protegidos de cualquier visita extraña, se hacían turnos de
vigilancia, a pesar de que supuestamente una extraña fuerza
eléctrica nos mantenía ocultos de cualquier curioso que se acercase
por allí, haciendo invisible tanto nuestro poblado como los
habitantes que se hallasen en él en ese momento.
Por
lo que decían mis padres, no querían hacer crecer una incertidumbre
hacia lo desconocido, nuestra vida era aquella y así deberíamos de
vivir, así que jamás nos contaron nuestro origen, ni el porqué de
ese aislamiento ni siquiera la razón de no tener contacto con el
exterior. Supuse que los más ancianos y los miembros del consejo si
lo sabrían, y no entendía el porqué de tanto misterio.
Mi
espíritu inquieto no podía con esa clase de vida, así que una
noche, cuando ya todos dormían, conseguí en medio de aquella
oscuridad, recorrer las calles del pueblo, burlando los servicios de
vigilancia nocturna y adentrarme en la espesura del bosque.
No
creía que me diese tiempo a regresar para cuando todos se
levantasen, pero me daba igual, mis padres me conocían bien y con
seguridad sabrían lo que había pasado. Lo que no podía saber, era
la clase de castigo que me impondrían, además, es que no lo harían
mis padres sino la comunidad, pero habría valido la pena, estaba
segura de ello.
Después
de dos horas de camino, llegué a una carretera general, pero aún
así, seguí caminando a la par de ella, ocultándome entre los
árboles cada vez que pasaba algún vehículo, no quería que nadie
me viese, por lo menos, no de momento, hasta saber que es lo que
originaba esa prohibición.
Llevaba
una hora más recorrida, cuando distinguí a lo lejos un pueblo,
seguí mis pasos temerosa de lo que pudiese encontrarme, aunque la
intriga podía más que nada. Me adentré con lentitud, aún era de noche, así que no vi a nadie. Seguí caminando hacia el centro,
seguramente allí estaría localizada la comisaría y con seguridad
habría algo de movimiento en esa zona.
Como
suponía, aprecié en la distancia, algunas personas entrando y
saliendo de aquel lugar. Parecían bichos raros, muy extraños y
feos, aunque pensé que tal vez la noche y la lejanía, me estaban
causando una mala jugada. Seguí acercándome con cuidado, buscando
las zonas más oscuras para que no me descubrieran. Estaba ya lo
suficientemente cerca, como para espiar a los humanos, y asombrada los observé con aquellos andares tan raros y
esos cuerpos deformes... ¿que estaba pasando? Nunca me dijeron que
no eran como nosotros, eran repulsivos y espigados, y su habla, era
ininteligible.
De
repente, uno de ellos, pareció mirarme, probablemente la negrura de
la noche no le había permitido verme bien, así que comenzó a
caminar hacia mi. No sabía que hacer, si echar a correr o buscar un
escondite, por allí no había nada que sirviese para poder
ocultarme, aunque un poco más adelante me pareció apreciar un
callejón, debería apresurarme antes de que el hombre estuviese más
cerca.
Pensé
que me había dado tiempo, sin embargo, ese ser abominable penetró
detrás de mi. No tenía escapatoria, no había salida... Cuando me di la vuelta, lo tenía delante, portando una barra de
hierro. De cerca aún era peor de lo que me había parecido al
principio. Se sujetaba tan solo por dos extremidades, no entendía
como podía guardar el equilibrio, en las superiores sujetaba
aquella barra que había levantado con intención de golpearme, en su
cabeza tenía algo de color negro que parecía suave pero le daba un
aspecto dantesco, tenía dos ojos, ¿como podía tener percepción de
todo con solo dos ojos? Me asustó tanto por su aspecto como por su
intención. Salté por encima de él, lo más alto que pude, y salí
corriendo calle abajo, perdiéndome en el oscuro bosque retornando a
mi hogar. Ahora lo entendía, no querían asustarnos con aquellos
seres terroríficos y grotescos que habitaban fuera de nuestro
poblado. Aún llegaría a tiempo antes de que amaneciese y la
comunidad despertase, pero no iba a decir nada, moriría con mi
secreto, me sentía temerosa por lo que había visto, pero sobre todo
avergonzada por no haber confiado en ellos. Me prometí no volver a
desconfiar de mi pueblo que me cuidaba y me protegía de los malos
que vivían fuera...
Bueno, bueno, bueno....si es que vaya a usted saber quienes son los monstruos¡¡¡¡
ResponderEliminarImaginación fertil la tuya,
Besos muchos
jajajajajajaja, quería hacer algo distinto, y esto es lo que ha salido :D
ResponderEliminarGrandes besos!!!!
Estupendo relato!!!! No sé si puedes ayudarme. Soy nuevo en esto. Tengo unos 14 relatos como el tuyo, y algunos con más extensión y todos versan y van conconsternados a un mismo tema y todo desde mi vivencia personal y por ende, desde mi prisma particular. ¿En que generó literario podría encuadrar? Pienso en el ensayo pero creo que sería demasiado largo para ese género aunque por temática, forma asistemática, forma del lenguaje, etc es donde encajaría mejor, pero por extensión creo que no encuadra, al menos por lo que veo en bases de concursos y tal. Si supieras o pudieras orientarme, te lo agradecería! Un saludo. Alberto Pajuelo Peña
ResponderEliminarMe gustó mucho el relato, estoy tratando de aprender un poco más de literatura para animarme a escribir relatos de este tipo, muchos saludos.
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