sábado, 16 de noviembre de 2013

"CORAZÓN ROTO"

En mi cabeza rebotaban las palabras del que pensé que era el hombre de mi vida. Jamás pensé  poder llegar a sentir tanto dolor, lo amaba intensamente, mi vida era él...

Aquella bonita tarde de primavera, después de recogerme en el trabajo, me llevó hacia el parque que estaba junto al muelle, quería hablar algo importante conmigo, e intuí que no era nada bueno. Sentados en un banco que nos regalaba una vista hermosa del atardecer, comenzó con sus hirientes y dolorosas palabras:

"Te prometí un futuro feliz, una vida siempre juntos, mi amor para siempre... Se que estoy faltando a mi palabra, pero no era mi intención, me gustaría haber podido cumplir con todo lo que te he jurado. Te he dicho en miles de ocasiones, que eras la dueña de mi corazón, la reina de mi vida, mi tesoro más valioso, que lo eras todo para mi. Pero no pienses que te mentí, en realidad, todo eso lo pensaba y estaba seguro que envejecería junto a ti.
Pero la vida es caprichosa y el amor mucho más, y lo que hoy parece que es lo mejor, mañana podría no serlo. No por eso soy un malvado, ni un ser mezquino, ni siquiera un rompecorazones, esa definición la llevan otra serie de individuos.
Me duele esta ruptura, porque no la mereces, pero debo ser honesto, por ti y por mi.
Te quise con locura y te amé con todo mi corazón, de eso puedes estar segura, pero no puedo luchar contra lo que ya no siento... y lo nuestro se acabó, por lo menos por mi parte, el amor se evaporó y no puedo obligarme a quererte.
No llores, no sufras, lo siento sinceramente... Solo espero que algún día seas capaz de entenderme y por lo tanto, perdonarme..."

No me lo podía creer, el hombre de mi vida me había fallado, ya no me quería... Me quedé muda, incapaz de articular palabra, solo abundantes lagrimas expresaban mi desdicha. Me acompañó hasta casa, los dos en silencio y con un simple beso en la mejilla, se despidió de mi.

El hacerme a la idea me llevó mucho tiempo, sufría en silencio, mi madre estaba enferma y no quería atormentarla con mi pena, no encontraba desahogo en mi vida. Mis amigos se volcaron en mi, pero no había nada que aliviase mi sufrimiento, era tan extraña la vida sin él a mi lado...

Entonces lo conocí. Habíamos ido al cine a ver una película de terror, eran mis favoritas,  pero las vivía tanto que lo pasaba fatal. En un momento dado en una escena que la que nos daban un gran susto, en mi sobresalto, abracé a la persona que tenía a mi derecha, tardé unos segundos en darme cuenta que no era nadie de mi pandilla. Azorada, le pedí disculpas, mientras el joven me sonrió restando importancia al episodio. El resto del tiempo lo pasé más pendiente de él que de la propia película, observándolo cada vez que en alguna escena la sala se oscurecía, o bien por el rabillo del ojo, y cuando terminó, me dio pena, no por haberme perdido el final, ya que ni me había enterado en mi entusiasmo por contemplar al chico sentado a mi lado, sino porque probablemente jamás volvería a verlo.

Las luces se encendieron y mis amigos tiraron de mi para salir de allí, antes de que el cúmulo de gente se acumulara en la salida. Eché un último vistazo al joven, y ahora con luz pude distinguir un rostro dulce y atractivo, me sonrió mientras mis pasos guiados por mis amigos, me sacaban de aquella sala.

En la calle caminé pensativa, mientras todos comentaban los detalles de la película. Entonces sentí que alguien me tocaba la espalda. Era él, y algo saltó en mi corazón haciéndome vibrar con una energía que hacía tiempo que no sentía. Me invitó a tomar algo juntos, así que dejando a nuestros amigos, nos encaminamos a un café cercano los dos solos.

Esa fue solo la primera de nuestras inmensas citas, y no pude menos que agradecer el que mi ex me hubiese dejado, de no ser así, no se si tal vez  hubiese conocido a Carlos. Ya no sentía odio hacia él, es más, ahora entendía las palabras que tan cariñosamente me había dicho aquel fatal día. Lo que sentía ahora, era de un nivel superior a lo había sentido por mi ex, era algo mágico, era una necesidad diaria de saber de él y de buscar su presencia, era el necesitar sus besos y sus abrazos. El sexo, el tan solo dormir juntos, el salir a pasear, la risa, la música, una película, las palomitas... todo era distinto con Carlos.

La vida me regalaba una segunda oportunidad, inmensamente mejorada y de más calidad, entonces recordé lo que mi padre siempre decía, "cuando algo malo pasa, es porque algo mejor te espera en el camino".



"BUENAS NOCHES AMIGOS"


Acuéstate,
pensando en algo que te haga feliz,
eleva tu mente hacia el mundo que deseas.
Deja que la imaginación
dibuje esa vida que te gustaría vivir
con la persona que deseas a tu lado.
Nosotros mismos podemos atraer lo bueno hacia nuestro entorno,
solo hacen falta pensamientos optimistas y positivos.
Destierra tu negatividad
y deja de pensar que todo va mal
atrae lo bueno hacia ti con tu mente.
Deja que tu alma brille con su luz intensa
no la apagues, ni siquiera permitas que el brillo baje de intensidad,
se tu mismo pese a las adversidades.
Eres fuerte, no lo olvides, puedes con todo,
porque lo malo no va a hacer más que fortalecerte.

Buenas noches, dulces sueños y feliz despertar.

domingo, 10 de noviembre de 2013

"BATALLA PERDIDA"

¿Cómo se puede ir en contra de un amor que cada día crece, inundando mi alma de deseos que jamás serán correspondidos? Lo amo con todo mi corazón, ansío sus besos, sus abrazos, su compañía... Pero estos sentimientos jamás podrán ser más que una ilusión. Nunca habrá paseos por la playa, cenas románticas ni promesas de futuro. No habrá te quiero, ni susurros al oído, ni locuras atrevidas...

Y no puedo conformarme con tener tan solo su amistad, sufro en silencio al estar en su presencia, esperando que fuese yo y no ella la que se refugiase en sus brazos, embargándome de su dulce esencia masculina.

Pero no hay  nada que pueda hacer, ellos se quieren con locura y su amor es tan puro y profundo que él no tiene ojos para otra, ni siquiera parece darse cuenta de como lo miro mientras ansío un breve roce con su cuerpo, o tan solo una mirada que se pusiese en mi, admirando el precioso vestido que escogí solo para él.

¿Y quién soy yo para inmiscuirme en una relación así? Yo no soy nada, no soy nadie... solo una joven enamorada a la que aún le queda algo de orgullo, que sabe perfectamente cuando una batalla esta perdida y con todo el dolor, decide una retirada antes de que el mal sea mayor...

Me voy para siempre, con mi amargura y mis sentimientos rotos, para comenzar una nueva vida lejos de tanto dolor que me atormenta cada nuevo día. Quizás pronto, muy pronto alguien consiga borrar este triste amor que me mata y vuelva a llenarme de ilusiones.

Brindo por mi nueva vida que afronto con ganas e ilusión, y sobre todo, brindo por mi futuro amor, mi salvador...