sábado, 5 de octubre de 2013

"SENSACIONES"

Llevaba unos días, no recordaba cuantos, sintiéndome extraña, era como si el tiempo careciese de importancia, de hecho los relojes de la casa se habían parado todos a la vez, exactamente a las seis y diez.

Juan y yo no estábamos yendo a trabajar y los niños no iban al colegio, pero no conseguía recordar la razón, todo parecía normal y nadie salvo yo parecía preocuparse. En ocasiones no me acordaba del día de la semana en el que estábamos, pero nunca pregunté...

Días atrás los pequeños estaban constipados, pero ya no había ni rastro de la enfermedad y las migrañas que solían estar presentes en mi vida habían desaparecido. Me preocupaba el no recordar la fecha de mi última regla, ya teníamos tres niños y uno más sería una locura, aún estábamos pagando la casa y el trabajo de Juan estaba en el aire, iban a hacer una regulación de empleo debido a las bajas ventas del último año. Nuestra vida estaba siendo una incógnita...

Pasábamos el día sin hacer nada más que estar juntos, bien leyendo, viendo la tele o jugando con los niños. No podíamos salir fuera puesto que una espesa niebla llevaba días invadiéndonos, cubriendo el entorno y dificultando la visión.

Las noches eran angustiosas para mi, una noche y otra también se repetía la misma pesadilla: Íbamos los cinco en el coche después de pasar todo el día en el campo. Muy cerca de casa, en una curva, un camión perdía el control alcanzándonos de lleno perdiendo todos la vida en el trágico accidente.

Despertaba sudorosa y asustada, y mi primera reacción siempre era ir a ver a los niños para asegurarme de que estaban bien. Tras lo cual volvía a la cama abrazándome a mi marido que me correspondía con fuerza transmitiéndome tranquilidad.

Los días pasaron sin que esa tupida niebla nos abandonara, decidida abrigué a los niños para que salieran a tomar un poco de aire fresco, nosotros los acompañaríamos no queríamos que se perdieran en medio de ella.

Fuera no se veía nada, pero necesitábamos salir un poco, llevábamos mucho tiempo encerrados en casa. El jardín estaba húmedo y la zona muy silenciosa, comenzamos nuestro camino hacia el frente, así hallaríamos el portalón de acceso a la casa. Nunca habíamos visto una niebla así, parecía que la pudiésemos acariciar.

Cuando llegamos al portalón y lo atravesamos, nada reconocimos. La niebla aunque hacia atrás aún seguía cubriendo nuestro hogar, hacia el otro lado parecía desaparecer dejándonos una visión desconocida para nosotros.

Unos metros hacia delante un pequeño arroyo discurría entre unos árboles, más allá unas casas familiares y pequeñas adornaban el entorno. Parecía que estaban habitadas, así que con curiosidad nos acercamos a ellas.

Varias familias se encontraban por allí, niños jugando con sus perritos en el jardín, madres y padres acompañando sus juegos y otros arreglando las plantas o simplemente descansando en alguna hamaca. Más allá disfrutamos de una vista maravillosa hacia el mar ¿desde cuándo teníamos el mar tan cerca de casa? Todo era muy extraño... Nos acercamos hacia una de las casas que estaban en la colina. Una mujer estaba allí sentada en una mecedora con expresión dulce saludándonos con la mano. ¿Nos conocía?
  • Hola familia, -nos saludó la mujer-, me alegra mucho que por fin os hayáis decidido dejar vuestro hogar para hacernos una visita.
  • ¿Nos conoce? -preguntó Juán-
  • Pues claro, sois los nuevos, la familia Barrantes ¿no es así?
  • Sí, -dije yo- pero no entiendo... ¿de qué nos conoce?
  • Veo que estáis confundidos, no sabéis como habéis llegado aquí ¿verdad?
  • Creo que nos confunde -expresó Juán- ya hace quince años que hemos comprado nuestra casa, y ahí vivimos -dijo señalando hacia la zona nebulosa donde estaba nuestra casa- aquí fuera si que todo parece nuevo.
  • Estás desorientado Juan -habló la mujer- nosotros llevamos aquí más tiempo, los nuevos sois vosotros. Será mejor que entréis en mi casa, yo os explicaré.
Nos adentramos en el hogar de la mujer, una casita cálida y acogedora. Nos acomodamos en el sofá y comenzó con su relato:
  • Hace pocos meses hubo un accidente, una familia entera pereció en él, exactamente a las seis y diez de la tarde. Y sus almas cambiaron de ubicación -decía mientras la piel de mi cuerpo comenzaba a erizarse-. Esta es la nueva tierra, la de la nueva vida, ¿entendéis?
¡Claro que lo entendía! Mis pesadillas, los relojes parados, el no hacer nada... todo tenía una explicación. Miré a mi marido y a los niños, todos estaban asombrados entendiendo lo que nos había pasado. Ese accidente fue el nuestro, en él fallecimos llegando aquí. Pero... nuestra casa era la misma...

Como si me hubiese leído la mente, la mujer siguió con su explicación:
  • Aquí tenemos el poder de escoger nuestra vivienda, en vuestro caso al no ser realmente conscientes de vuestra muerte, volvisteis a vuestra casa de siempre. ¡Mirad! -dijo señalando a la zona donde se encontraba nuestro hogar.
La niebla se estaba levantando a una velocidad descomunal, dejando nuestra casa completamente a la vista. Ahora que sabíamos la verdad esa niebla que nos ocultaba se estaba despejando.


Comenzamos nuestra nueva vida juntos, como debía de ser, no podía haber imaginado una manera mejor. Felicidad plena y eternidad nos aguardaban lejos de las penurias y los problemas de la vida terrenal. Nada jamás podría separarnos...

"CAOS"

Es increíble como la vida en ocasiones, no deja de hacernos la zancadilla para que vayamos cayendo cada pocos metros sin ser capaces de estar en pie el suficiente tiempo como para cambiar de destino.

El día que perdí mi puesto de trabajo todo pareció desencadenarse, ahí comenzó mi declive y mi ruina. A partir de ese día comencé a sentir como si mi vida, no me perteneciera...

Comencé a estar más tiempo en casa, a pesar de haber entregado curriculums en infinidad de sitios, nadie parecía estar interesado en contratar a un hombre de cuarenta años. Sandy y yo comenzamos a discutir, algo que no era habitual en nosotros, supongo que entre la falta de dinero y el convivir más tiempo juntos nos estaba dañando.

Lo más doloroso que puede pasar a unos padres, nos pasó a nosotros. La pequeña Emma contrajo una meningitis que nos la llevó en tres días, dejándonos sumidos en una tristeza y un desanimo del que pensamos que no saldríamos jamás. Pero teníamos otro hijo por el que luchar y tirar hacia delante. Sin embargo este hecho tan fatídico terminó por romper nuestro matrimonio. Sandy ya no me quería en casa y me pidió que la abandonase.

En el hogar de mis padres todo eran reproches, me consideraban culpable por no haber sido capaz de encontrar trabajo y mantener a mi familia a salvo. Lo cual me llevó a ser asiduo en locales de copas, refugiando mi pena en el alcohol. Cada noche llegaba a rastras sin apenas mantenerme en pie, lo cual empeoraba la situación con ellos.

Una noche con una borrachera del quince, me metí en una pelea, habían molestado a una chica, y dos hombres estaban luchando a puñetazo limpio. Rompí una botella y me acerqué separando al coro que los rodeaba. Dirigí el trozo de cristal hacia el primero que encontré, aún me pregunto hoy en día por qué lo hice, causándole una grave lesión en el hígado.

Me juzgaron y me condenaron a dos años y un día de prisión por intento de homicidio. Ese tiempo allí me hizo pensar mucho, ¿dónde estaba el hombre familiar de antaño? ¿qué clase de vida me estaba labrando? Aún tenía a mi hijo y estaba arruinando mi vida. Debería encauzarla en cuanto me concedieran la libertad.

Cuando salí de allí, me encontré muy solo. Mis padres renegaban de mí, mis amigos ya no estaban, a mis llamadas de teléfono solo encontraba absurdas disculpas y nunca estaban en disposición de quedar conmigo, entendiendo el mensaje borre sus teléfonos. Y lo más triste, mi hijo ya no quería estar conmigo, tenía doce años y al parecer la edad suficiente para decidir, me temía y decía no conocerme, así que el juez aceptando la decisión del pequeño se lo concedió.

Ya no tenía a nadie, ni familia, ni amigos, ni trabajo. Poco me importaba coger una enfermedad y morir, quizás sería lo mejor. Y como si lo hubiese profetizado se cumplió. Una enfermedad degenerativa me arrastró a una vida de dolores e inquietud que no soportaba. ¿Para que alargar algo que ya sabía cual iba a ser el desenlace?

Un efecto mariposa entró en mi vida aquel fatídico día en el que perdí mi puesto de trabajo, si pudiese volver atrás y cambiar algo, seguramente todo sería muy distinto, pero eso solo ocurre en las películas, así que adelantándome a lo que la vida me tenía preparado, tomé la decisión.

Volvía a casa del hospital, había tenido consulta en la unidad del dolor. Completamente seguro con la decisión bien meditada lo haría. Al llegar a casa me suicidaría colgándome en el desván. Muerte rápida y limpia.

Pero la vida aún me tenía una última sorpresa. Estaba muy cerca de mi casa cuando todo ocurrió. Un coche al que habían fallado los frenos, totalmente descontrolado se vino encima de mi sin que pudiera hacer nada por evitarlo. En un instante pensé que al final todo sería más rápido de lo que había previsto.


No fue así, el accidente me dejó postrado en una cama el resto de mi vida, me había dejado parapléjico hasta el cuello, lo que me dificultaba también el habla. Solo, encamado y con fuertes dolores me rendí, en un triste y pobre hospital que mis padres podían costear, deseando la visita de la muerte lo antes posible...

"EL FARO" (2ª parte)

La noche transcurrió entre terribles pesadillas que atormentaban a Lisa, en todo momento aseguraba que una mujer estaba con ellos en la habitación, señalando una y otra vez hacia la pequeña cómoda, decía escuchar un llanto amargo y dolorido y refería que la miraba suplicante, pero no le hablaba, por lo que no sabía que requería de ella. Estaba muy asustada y temblorosa, y él solo podía abrazarla acunándola, no entendía lo que estaba pasando así que no sabía como poder ayudar a su bella esposa.

Se levantaron temprano, había sido una noche horrible y estaban agotados, pero la impaciencia podía con su ánimo y después de desayunar se encaminaron hacia el faro.

El día había amanecido lluvioso pero con una temperatura cálida, lo que presagiaba en cualquier momento el inicio de una tormenta. Era un detalle sin importancia, no las temían y no era un inconveniente para ellos.

En la planta baja no hallaron nada, tampoco había mucho donde buscar, así que se dirigieron a la parte de arriba, allí habían encontrado la caja y quizás podrían encontrar algo más.

Ian se preguntaba que hacían allí, era una locura... con toda probabilidad Lisa se hallaba sugestionada por esas cartas, no era más que eso, si esos episodios seguían sucediéndose, tendrían que dar por finalizadas las vacaciones, no podía permitir que ella acabase trastornada por culpa de una historia de amor frustrada que ni siquiera sabían si había ocurrido en realidad.

Examinaron todo minuciosamente sin encontrar ninguna pista al respecto, de hecho aquello estaba desalojado, así que habían decidido marcharse. Fue entonces cuando él observó el cajón de una pequeña mesa, parecía que estaba mal encajado. Iba a dejarlo así, pero algo lo atrajo hacia allí. Sacó el cajón que estaba vacío y volvió a introducirlo; aunque ahora estaba bien colocado alguna cosa obstaculizaba su camino sin dejarlo llegar hasta el final. Lo quitó de nuevo y asomó su vista hacia el hueco...

Distinguió lo que parecía ser un papel pegado en la trasera, introdujo su mano sacando con facilidad aquello. Parecía un gran sobre de color amarillento castigado por el paso del tiempo, desdoblándolo sacó lo que contenía en su interior. Lisa se había sentado a su lado, presa de una gran curiosidad. Había tres fotos en blanco y negro descoloridas, aún así se distinguía a una bonita pareja, la manera como se miraban y se abrazaban dejaba entrever el amor que fluía entre ellos. Había algo más, una carta...

Ella se la arrancó de las manos con ansiedad, comenzando a leer en voz baja primero, comenzando a trasmitirle esas letras enseguida:

                                                                    Palquins Ville, 22 de mayo de 1.822
Yo, Mariam Siscam, hija de John y Madelain Siscam, en pleno uso de mis facultades psíquicas quiero declarar y declaro que:
Ante el amor que nos unía a Anthony Marcs y a mí, mi padre John Siscam y mi hermano Timothy Siscam, mostrándose en contra de nuestra relación, el día de ayer dieron muerte a mi amado tirándolo por el acantilado.
Así pues, he decidido acabar con mi vida, colgándome en el lugar que esconde nuestros momentos de amor y donde por fin lo sellamos. El faro era nuestro escondite y nuestro confidente, fiel testigo de nuestros encuentros y promesas.
A quien encuentre esta carta, le ruego que por favor, de parte a las autoridades, para que por fin los culpables paguen el daño que han hecho, no solo se trata de una víctima, sino de dos y de toda una vida por delante.
A vosotros que me estáis leyendo, gracias y que Dios os guarde.

Era increíble, había ocurrido de verdad. Se dirigieron con rapidez al pueblo, acercándose a la oficina del sheriff, y entusiasmados le mostraron lo que habían encontrado, contándole todo lo que sabían de la historia. Era tarde, pero tal vez conseguirían dar la paz al alma de la joven que tantos años esperó a que se supiese lo que en realidad había pasado.

Se mostró agradecido aunque como imaginaban, el suceso carecía de importancia, habían pasado muchos años. Al parecer los ancianos del pueblo contaban la historia de la bella Mariam y el joven encargado del faro Anthony, el cual había fallecido al caerse accidentalmente por el acantilado y la hermosa joven no pudiendo soportar la triste pérdida de su amor, acabó suicidándose en el interior del faro.

Ellos ahora, le regalaban la historia verdadera y completa, una bella historia que haría las delicias de jóvenes y viejos, y sobre todo del turismo que empezaba a llegar a la zona atraídos por el contraste de mar y bosque que disfrazaba la zona.

Esa noche, él la vio también. Una luz armónica y blanca de mucha intensidad iluminó la habitación, en el centro comenzó a vislumbrarse la forma de una mujer en un halo de luz azul que contrastaba hermosamente con la luminiscencia que la rodeaba. Era preciosa, una larga melena rizada que le llegaba hasta la espalda dulcificaba su rostro que era amable y sereno. Un vestido blanco y largo cubría su cuerpo dejando entrever una figura perfecta. Sonrió agradecida, y mirando hacia atrás dejó descubrir a otro ser, agarrando la mano de su amada pudieron distinguir a Anthony que se acercó y también les sonrió, tras lo cual todo comenzó a difuminarse hasta que desaparecieron.

Por fin durmieron plácida y felizmente, adivinando que habían hecho posible que las almas de esa pareja pudieran encontrarse, para no separarse jamás. A la mañana siguiente encima de la cama encontraron una bonita foto del pasado de la pareja sonriendo en plena dicha y una rosa blanca. Algo que conservarían hasta el fin de sus días.

La experiencia vivida fortaleció su relación, valorando mucho más el tiempo juntos y sus encuentros, cuidando al detalle su matrimonio.

El pueblo se enriqueció gracias al turismo que comenzó a llegar por allí, atrapados por la dulce historia de final trágico de Anthony y Mariam.



                                                     F I N




viernes, 4 de octubre de 2013

"EL FARO" (1ª parte)

Habían alquilado un pequeña casa alejada de todo. Necesitaban unos días a solas aislados del bullicio y el estrés. Tiempo para ellos.

La oportunidad se había presentado de la mano de Jonás, un compañero de trabajo de Ian; pertenecía a su familia y llevaba años sin habitarse. Estaba en buen estado aunque llena de polvo. Un día sería suficiente para adecentarla ya que era pequeña, una habitación, un baño y una cocina americana era todo su contenido, lo más llamativo era el precioso porche con vistas hacia el acantilado, que regalaba una visión espectacular del mar y de un antiguo faro en desuso.

Había pertenecido a un tío-abuelo de Jonás, que era el encargado del funcionamiento del faro. Después de su muerte misteriosa nadie había vuelto a vivir allí y el faro quedó abandonado.

La limpieza de la casa no les había llevado más que medio día, así que después de comer acordaron ir hasta el faro, se sentían como dos chiquillos a punto de hacer una travesura.

La puerta estaba abierta así que accedieron sin dificultad al interior. Una sala los recibió con una mesa debajo de una ventana con su silla, y una cama en el otro lado. No había más mobiliario. Supusieron que allí no hacía vida, seguramente debido a la cercanía de su casa.

Subieron las escaleras de caracol que llevaban a la parte superior, allí estaba todo el mecanismo de funcionamiento del faro. No eran grandes entendidos en el tema, pero parecía funcionar a la antigua usanza, una garrafa de acetileno tirada en un lado así lo hacía entrever, aún no había llegado la electricidad a la torre.

Lisa, curiosa por naturaleza, rebuscando por los cajones encontró una preciosa caja de madera tallada que al abrirla sonaba una preciosa melodía que envolvió el ambiente, en su interior contenía unas cartas...

Ante la negativa de Ian consiguió su propósito llevándose la caja, con la promesa de que se la devolverían a Jonás a su regreso. Después de un rato admirando las vistas, decidieron volver.

La noche los envolvió con sus alas mágicas, encontrándose en una pasión arrebatadora y sensual. Desde que habían llegado los niños sus relaciones habían cambiado, no es que fueran peores, pero no podían explayarse como a ellos les gustaba.

De madrugada, algo despertó a Lisa, una potente luz iluminaba la habitación por momentos. Despertó a su marido desorientada y para cuando se asomaron a la ventana todo era oscuridad.

Él la tranquilizó asegurando que sería algún avión o un helicóptero que sobrevolaba la zona, incluso algún barco cercano a la costa que pudo haber encendido un foco para apreciar algún obstáculo rocoso. Sin dar más importancia al episodio, siguieron durmiendo en un plácido abrazo.

Los días siguientes resultaron plenos para la pareja, disfrutando del entorno y las playas de la zona, buscando al llegar el atardecer la soledad que tanto ansiaban. Las noches sin embargo se volvieron insomnes para Lisa, despertaba asustada afirmando que veía luces y presencias en la habitación. Cada noche sus sensaciones iban empeorando, llegando a afectar a su comportamiento por el día, mostrándose decaída y triste. Solo parecía relajada cuando recostada en la hamaca del porche se dedicaba a leer las cartas que habían encontrado en el interior de la caja.

Ian intentando hallar una explicación a lo que le ocurría a su esposa, intuyendo que esas cartas tenían mucho que ver, comenzó a preguntarle que es lo que decían. Ella mirándolo con los ojos brillantes comenzó a explicarte. Eran cartas de amor redactadas por una mujer hacia su amante, con seguridad para el tío-abuelo de Jonás, un amor prohibido por la familia de la joven; esos escritos transmitían mucho sentimiento y amor, y una impotencia tan grande por no poder hacer realidad sus deseos, que sus letras entraban en el corazón igual que puñales afilados. En una de ellas, precavía al hombre de que querían asesinarlo, que huyese lo más lejos posible, pues si él moría, ella se mataría. En la ultima carta datada el veintiuno de mayo de mil ochocientos ochenta, la muchacha rogaba que se fuese, esa noche irían a por él asegurando nuevamente que su suicidio sería lo sucesivo. No había más cartas posteriores.

Hablar de las cartas entusiasmaba a su mujer, pasando después a una situación de desamparo que lo asustaba. Le propuso ir de nuevo al faro, quizás buscando encontrarían algo que confirmase lo que finalmente había ocurrido. Tal vez allí dentro hallarían lo que estaba atormentando y perturbando a Lisa.


Se mostró radiante con la idea y acordaron que al día siguiente iniciarían la búsqueda.

jueves, 3 de octubre de 2013

"RELATO PUBLICADO EN EL PERIÓDICO VEINTISÉIS VIGO"





https://www.facebook.com/daniveintiseisvigo
AQUÍ OS DEJO COMO HA QUEDADO LA PRESENTACIÓN DE MI PRIMER RELATO PUBLICADO EN EL PERIÓDICO LOCAL "VEINTISÉIS VIGO".

ES ALGO QUE ME HA HECHO ESPECIAL ILUSIÓN, Y SI TODO VA BIEN PUBLICARÁN UN RELATO MENSUAL. OS TENGO QUE DAR LAS GRACIAS A TODOS VOSOTROS, QUE SOIS LOS QUE ME HABÉIS MOTIVADO Y AYUDADO PARA SEGUIR CON ESTE PROYECTO Y CON MI NOVELA. Y SOBRE TODO MUCHAS GRACIAS SINCERAS A DANI, POR HABERME VALORADO Y HABERME INCLUIDO EN SU PERIÓDICO CON UNO DE MIS RELATOS. ¡UN ABRAZO GRANDE DANI!

¡MUCHAS GRACIAS A TODOS AMIGOS!







"AMOR TORTUOSO"

Las discusiones se sucedían con total asiduidad, siempre había sido así, prácticamente desde el principio de nuestra relación. Pero estos últimos días iban mucho más allá, las faltas de respeto eran constantes, insultándonos con palabras que no quiero ni nombrar y comenzaron a sucederse episodios de golpes y empujones por las dos partes. Un día se nos iría el tema de las manos y ocurriría algo grave.

¿Valía la pena todo ésto por unos momentos sublimes de placer? Nuestras relaciones sexuales eran increíbles. Había conocido buen sexo, pero como el que mantenía con Jordi jamás, ¡era insuperable! Conocía mi cuerpo mejor que yo, sabía donde tocarme y como moverse para elevarme la lívido de manera brutal. Y yo conocía perfectamente el modo de excitarlo de tal manera que perdía el control, mis orgasmos en cada relación se repetían una y otra vez, provocando en él unas sensaciones de gozo que le hacían disfrutar aún sin eyacular.

Después de cada bronca sabíamos como íbamos a terminar, revolcándonos en cualquier sitio dando rienda suelta a nuestra pasión, deleitándonos de cada beso y cada caricia, saboreando el momento como si pudiese ser el último, y como si fuese la primera vez que sentíamos tal excitación nos entregábamos al acto en una copulación impulsiva y febril.

Pero había llegado nuestro final, desde el momento que nos faltamos al respeto la relación no tenía futuro. Lo amaba locamente y él a mí, pero una pareja que se está haciendo daño continuamente no puede conformarse con el buen hábito en la cama, lo nuestro se reducía simplemente a eso, grandes momentos sexuales y una convivencia pésima.

La última discusión ya fue el colmo, todo comenzó por algo tan trivial como la cena. No parecíamos ponernos de acuerdo sobre lo que cenar, Jordi quería pedir unas pizzas y yo optaba por no gastar y preparar algo ligero en casa. Así que sin llegar a un entendimiento, comenzamos a insultarnos sucediéndose enseguida los episodios de empujones. Cuando nos dimos cuenta nos estábamos golpeando con brutalidad, cayendo al suelo y continuando allí nuestra guerra, hasta que Jordi sujetándome por los hombros y mirándome a los ojos frenó la lucha.

¿Qué estamos haciendo María? ¿Qué clase de pareja hacemos? Te quiero con locura, pero no quiero esta vida... Tenía razón, el punto y final había llegado, realmente no se porque habíamos aguantado tanto. Años de faltas de respeto y golpes. No éramos una pareja de verdad. Eramos solo sexo.

Aquel domingo nos despedimos, con lagrimas en los ojos pero sabiendo que era lo mejor que podíamos hacer el uno por el otro. Con la promesa de no sucumbir a la tentación de llamarnos para complacer a nuestros cuerpos una vez más...

Pasaron diez años desde la última vez que nos habíamos visto, en mi recuerdo él estaba siempre presente, añoraba nuestros momentos en la cama y es que no había encontrado a ninguno que ni siquiera se le aproximase. Pero pensé en algo más, nos habíamos ido a vivir juntos demasiado pronto, y nos faltaba la madurez que nos aporta la vida. Nos conocimos en el momento equivocado. 

Una tarde de verano, después de salir del trabajo, me acerqué a un centro comercial que habían inaugurado hacía unos días en la ciudad, aún no había tenido ocasión de visitarlo y puesto que no tenía otra cosa que hacer me acerqué hasta allí.

Después de curiosear las tiendas y comprar alguna cosa, subí a la planta tercera, allí estaban los locales de hostelería y aprovecharía para cenar algo. Mi sorpresa fue mayúscula, sentado en la barra de uno de los locales estaba él.

Me acerqué despacio observándolo, estaba charlando animosamente con el chico que estaba detrás de la barra. Unas canas se asomaban en los laterales de su pelo y pequeñas arrugas comenzaban a vislumbrarse en su rostro, lo que le daba un aire muy atractivo. 

Un hola tímido inició la conversación. Se levantó sorprendido al verme y me abrazó con mucha ternura. Nos sentamos en una mesa y comenzamos a charlar de como nos habían ido las cosas. Al igual que yo no había encontrado a la chica adecuada y actualmente no estaba con nadie.

Enseguida mostramos nuestros sentimientos que aún parecían perdurar dentro de nosotros, nos habíamos echado mucho de menos todo este tiempo, y el que no fuésemos capaces de cerrar el libro y comenzar con uno nuevo decía mucho. Decidimos comenzar de nuevo, poco a poco sin precipitar las cosas, y sobre todo apartando el sexo de momento hasta estar seguros de como transcurría nuestra relación.

Y pareció funcionar, aguantamos seis meses sin mantener relaciones sexuales, ¡todo un logro!, y un año más en irnos a vivir juntos. La madurez nos había sentado la cabeza y nos había aportado una nota de tranquilidad y sensatez, ahora las cosas nos iban muy bien, eramos mas juiciosos y prudentes en nuestros actos y opiniones, sin dejar que los malos entendidos y la ira marcase nuestra vida.

En nuestra plenitud, llegó el colmo de la felicidad completa a nuestra casa, un regalo que complementaba nuestra vida a la perfección y que nos hizo mejores personas. Lidia y Pedro, nuestros mellizos iluminaron nuestros corazones, terminando de fortalecer lo que habíamos creado. Un hogar pleno de paz y felicidad.

miércoles, 2 de octubre de 2013

PREMIO LIEBSTER CONCEDIDO A "LOS RELATOS DE ANA"






¡GRACIAS MUY 

  SINCERAS!













Queridos amigos: Es un orgullo para mi poner este post, es un premio que nos concedió un blog amigo 
http://anescris.blogspot.com.es

Es un premio muy especial, ya que nos los conceden compañeros nuestros que ven nuestros blogs y lo disfrutan, algo que me ha hecho mucha ilusión y me ayuda a seguir con este proyecto.


                         A: http://anescris.blogspot.com.es



Pero este premio tiene unas bases que hay que seguir y son las siguientes:
  • Agradecer al blog que te ha dado el premio y nombrarlo.
  • Responder a las 11 preguntas que te plantea.
  • Conceder 11 premios Liebster a otros 11 blogs noveles (menos de 200 seguidores).
  • Informar a los 11 blogs de que les ha concedido el premio.
  • Plantear 11 preguntas para que tus premiados respondan.

A continuación paso a responder a las 11 preguntas que nos han planteado:
  1. ¿Por que se te ocurrió hacer el blog? Siempre me ha gustado escribir y nunca me he atrevido, a raíz de unos pequeños relatos que comencé a publicar en Facebook, mis amigos se mostraron entusiasmados animándome a dar este paso.
  2. ¿Cuanto tiempo llevas con el blog? Poco más de un mes.
  3. Un libro de tu niñez: Aunque os parezca increíble "Rimas y Leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer.
  4. Un libro que te guste ahora: Flores en el ático de V.C. Andrews., ni se cuantas veces lo he leído y me sigue maravillando.
  5. La película que más te gusta: El sexto sentido por ese final imprevisible.
  6. Música preferida: Maná, ya me gustó más la música de lo que me gusta ahora, será que me estoy haciendo mayor, jajajajajaja
  7. Deporte preferido o a lo mejor no te gusta: Creo que el fútbol, lo que si tengo claro es que el ciclismo me parece super- aburrido.
  8. Color que te gusta: toda la gama de azules.
  9. Un lugar que te gustaría visitar que nunca has podido ir: En esta pregunta si que no tengo dudas, Nueva York.
  10. ¿Te gusta cocinar? Si que me gusta, pero me gusta mucho más que alguien concine para mí, jajajajaja.
  11. ¿Que animales te gustan mas? El perro y el caballo
EL BLOG "LOS RELATOS DE ANA" PREMIA A LOS SIGUIENTES BLOGS:
  1. http://www.loqueyodecia.es/
  2. http://subconsciencias.blogspot.com/
  3. http://rochepf.blogspot.com/
  4. http://losrelatosdemontse.blogspot.com/
  5. http://relatosdeveronica.blogspot.com/
  6. http://lakarcoma.blogspot.com/
  7. http://yess-historias.blogspot.com/
  8. http://elcajondecubiertos.blogspot.com/
  9. http://clubdelecturatodotieneromance.blogspot.com/
  10. http://relatoscortosono.blogspot.com/
  11. http://mirenepalacios.blogspot.com/
Ahora las once preguntas que tendrán que responder los once premiados:
  1. ¿Por qué ese nombre para tu blog?
  2. ¿Por qué lo abriste?
  3. ¿Algún libro que hayas leído de forma repetida?
  4. ¿Tu escritor favorito?
  5. ¿Que género literario es el que más te gusta?
  6. ¿Qué escritor no consigue que te sumerjas en su historia?
  7. ¿Libro o ebook?
  8. ¿Un lugar especial para leer?
  9. ¿Cómo sería para ti la vida sin libros?
  10. ¿Con que plato me sorprenderías?
  11. ¿Qué prenda de vestir no falta en tu armario?
Muchas gracias a todos, un abrazo.

.


"LA ESPERA"

Lo sentía muy dentro de mí, en mi alma, en mi corazón... En cada recoveco de mi cuerpo que él había tocado y besado, residía... Todo me lo recordaba, mi dulce Sam, desde una canción, unos versos, una sonrisa... Todo era él.

Vivir en aquella casa era una tortura diaria, todos me habían aconsejado que la vendiese y me buscase otra para alejarme de aquel dolor que lentamente me estaba matando, pero no podía hacerlo... Era la casa que habíamos comprado juntos y sabía a ciencia cierta que Sam estaba allí conmigo, esperando a que llegase mi hora para volver a encontrarnos y no separarnos jamás.

Solo esperaba que ese momento no tardase, no lograba superar su pérdida que me había dejado sumida en una triste soledad. Ya nada me ilusionaba, nada me importaba... Algo tan simple como los recuerdos del pasado junto a él me permitían pasar los días, dejándome en trance por horas, reviviendo una y otra vez nuestros encuentros.

Seguíamos conectados, toda la vida lo habíamos estado y conseguía acertar a sentir sus caricias y sus besos cerrando mis ojos... Mi querido Sam... que atrocidad nos han hecho separándonos así con toda una vida por delante... Si alguien o algo tenía el poder sobre la vida y la muerte, era muy cruel. Un amor tan mágico y sincero no se puede separar así... La muerte lo alejó de mí, dejándome desgraciada y moribunda, cada día mi vida se evaporaba un poco más... Se puede morir de tristeza, ahora lo se y no hay nada ni nadie que pueda evitarlo. No quiero medicación, no quiero amigos, solo lo quiero a él conmigo...

El día estaba próximo, lo sentía... quizá era la debilidad que atenazaba todo mi cuerpo, ya no comía ni bebía y mi descanso se había reducido a esos pequeños instantes de ensoñación donde me veía disfrutando de mi amor, “mi Sam...”. Por momentos acertaba a descubrir su rostro, mirándome sonriente y transmitiéndome con su mirada mucha paz y tranquilidad.


Y allí me encontraron, en aquel sofá convertido en mi nicho, envuelta en aquella manta de cuadros rojos resultando ser mi mortaja, y por fin pude refugiarme en sus brazos para siempre... 

martes, 1 de octubre de 2013

"UN NUEVO FUTURO"

El país se hallaba sumido en una bancarrota total, la crisis era ya tan profunda que la gente sintiéndose impotente se había levantado, primero en concentraciones pacíficas y desesperadas, lo que ante la pasividad de los gobernantes, se convirtieron en grandes enfrentamientos violentos, llenos de víctimas inocentes por los dos bandos, dado que por parte del gobierno los que daban la cara no eran los culpables.

Coches y entidades ardiendo, muertos por doquier... El panorama era triste y desolador, el tiempo parecía haber retrocedido siglos atrás. ¿Dónde había quedado la esencia humana y el progreso?

Ahora las ciudades se hallaban devastadas, saqueos y robos habían crecido ante la necesidad de muchos para poder sobrevivir; dar de comer a sus hijos era la prioridad.

Grandes organismos habían quedado desvalijados después de las últimas reyertas, hallándose ahora vacíos de vida... Sus responsables en pocos casos habían resultado asesinados y la gran mayoría habían huido a otros países que los habían acogido más por miedo que por deshonra.

El bienestar del país se les había ido de las manos y las autoridades de seguridad habían optado por unirse al pueblo. Solo el ejercito que también defendía la causa trataba de equilibrar el ánimo de la gente tratando de aportar seguridad y tranquilidad.

La recuperación se hallaba próxima. Países de La Unión estaban en la labor y el pueblo buscando un representante lo encontraron en él. El Alcalde de un pequeño pueblo de las afueras de la capital, un hombre serio, solidario y tenaz se haría cargo del maltrecho país.

Con las ayudas que fueron llegando del extranjero, se inició el crecimiento. Fábricas y empresas comenzaron a funcionar surgiendo puestos de trabajo de distinta índole y con la afluencia de dinero que empezó a rodar, el ánimo de la gente fue mejorando, descubriendo que tenían una nueva oportunidad para recuperar su futuro y sobre todo, el de sus hijos.



lunes, 30 de septiembre de 2013

"SACRIFICIO"

Conocí a Jaime en una boda a la que estábamos los dos invitados por parte de la novia, pero hasta ese momento no habíamos coincidido nunca. María era amiga de los dos y ese día al presentarnos fue la primera testigo de la increíble conexión que ejercíamos el uno sobre el otro desde el momento en que nuestras miradas se cruzaron.

Pasamos el resto de la boda juntos, charlando y riendo. Era divertido y me hacía sentir tan bien que creía estar soñando. Nuestros cuerpos se armonizaban bailando cono si fuésemos dos mitades equitativas. Cuando al amanecer nos despedimos, sentí como si ya llevase tiempo en mi vida. No quería irme para casa, necesitaba sentir su presencia y su protección. ¿Como alguien que acababa de conocer podía causar ese efecto en mí?

Quedamos en vernos por la noche para cenar juntos y no parecía llegar la hora. Nunca estuve tan ansiosa esperando una cita. Dormí casi todo el día esperando que así pasase más rápido el tiempo.

A partir de aquel día ya no nos separamos, no pasaba un día en el que no quedásemos para hacer algo juntos, era una necesidad vital igual que el respirar. Coincidíamos en aficiones, gustos y forma de ser, dos partes iguales no se complementaban mejor que nosotros. En la cama era tal el vínculo que nos unía que era suficiente un solo roce o una caricia para elevarnos la lívido a su nivel mal alto, disfrutando de nuestros encuentros en un goce sublime, rematando con un estallido de pasión descontrolada y lujuriosa que nos hacía perder el control de forma dulce y ardiente. Solo pensar en el me excitaba de tal manera que tenía que llamarlo por teléfono y contárselo, lo que enriquecía la calidad de nuestra relación. Era sexo continuo pero no obsesivo, en el que un beso era suficiente para ponernos a mil, buscando un escondite donde dar rienda suelta a nuestra pasión.

Al cabo de tres meses decidimos irnos a vivir juntos, era algo tan perfecto que temía que fuese irreal y que la convivencia lo estropease. Pero no fue así, todo lo contrario, cada día nos amábamos más disfrutando de las cosas que hacíamos en común fortaleciéndonos como pareja. Tenía dos hijos de un matrimonio anterior que no suponían un problema para mí, cuando venían a casa los recibía con cariño, tratándolos como si fuesen míos, y eso se reflejaba en los niños que venían siempre ilusionados lo que satisfacía plenamente a Jaime.

Una mañana de verano recibí una llamada de teléfono, era algo que había estado esperando hace tiempo, y que había quedado olvidado en mi memoria, con toda seguridad debido al gran momento sentimental que estaba viviendo.

Era la oportunidad de mi vida. El Hospital General de Manhattan me hacía una oferta como cirujano vascular. Era una gran oferta, gran sueldo con seguro médico y vivienda. No podía rechazarla, era lo que siempre había soñado.

No sabía como decírselo a Jaime, estaba segura de que no podría dejarlo todo por venirse conmigo, sobre todo por sus hijos. No podía ponerlo en esa difícil situación. Él era muy importante para mi, pero pensándolo fríamente ahora estábamos bien pero, ¿y mañana? ¿Y si renunciaba por él para nada? Era lo que siempre había esperado, una oportunidad única. Así que con resignación, tomé una decisión que dolía inmensamente.

En cuanto llegó Jaime del trabajo me mostré esquiva y ausente. Él preocupado me preguntó que me pasaba y yo destrozada por dentro mentí diciéndole que había otra persona, que se había cruzado en mi camino sin buscarla y que había surgido algo mágico.

Necesitaba sus besos, sus abrazos... pero no podía dar marcha atrás, había tomado una determinación y seguiría con ella hasta el final. Jaime se sentó en el sofá destrozado y echando sus manos a la cabeza lloró con tanto dolor que me rompió el alma. Me sentía cruel pero en ese momento consideré que era lo mejor. Cogiendo algunas de mis cosas, me fui de allí mientras lágrimas de amargura brotaban de mis ojos.

Llevaba ya dos meses en Manhattan sin haber logrado superar la ruptura. Estaba segura que él era el hombre de mi vida y que lo que nosotros habíamos mantenido, jamás lo volvería a encontrar.

Alguien llamó a la puerta, no esperaba a nadie y cuando abrí la sorpresa fue mayúscula. Allí estaba Jaime, con un precioso ramo de rosas rojas, lo abracé comenzando a llorar arrepentida, ¿cómo podía haber abandonado a la persona que a ciencia cierta era para mi?

Me contó, que María había hablado con él, explicándole como había ocurrido todo y el porqué de mi comportamiento. Estábamos los dos mal y era más de lo que ella podía soportar, así que rompiendo su promesa hacia mí, reveló mi secreto, lo cual agradecí.

Hablamos de la situación y de como yo había tomado las riendas del asunto, sin dejar que él pudiese decidir. Acepté sus reproches, debería haber sido valiente y no ocultarle la realidad. Me sorprendió su decisión, se venía conmigo. Su ex-mujer había aceptado en dejar venir a los niños en cada una de las vacaciones, y como decía él, además un día se harían mayores y volarían, no valía la pena arriesgar tan bonito amor por un futuro incierto.

Sabía lo que suponía para él separarse de sus hijos, lo cual hacía que valorase todavía más lo nuestro. Y amándonos como siempre comenzamos un nuevo futuro para siempre ya fortalecidos.


domingo, 29 de septiembre de 2013

"LOS CAPRICHOS DE LA VIDA"

La suerte es muy caprichosa, y cómo decía mi amiga Marina, “cuando le entra el capricho a la mala suerte, ya ni te cuento”.

Mi infancia había sido una cruz, crecí en medio de peleas y malos tratos que mi padre infringía a mi madre y a mí, hasta que una paliza se le fue de las manos, matando a mamá.

Papá se fue a la cárcel y los servicios sociales se hicieron cargo de mí, arrancándome de ese hogar roto marcado por la tragedia. No tenía más familia, así que después de pasar por un hogar de acogida donde recibí un buen trato y cariño, me adoptó al poco tiempo una familia. Me sorprendió la rapidez, ya tenía doce años y normalmente buscaban bebés o críos muy pequeños.

Si mi vida antes había sido un infierno, con esta familia no mejoró mucho. No buscaban una hija a la que proteger y dar cariño, buscaban una muchacha que ejerciera de criada, realizando todas las labores de la casa. Seguía asistiendo al colegio y entre los deberes y las tareas del hogar, no me dejaban tiempo ninguno para mí. Me acostaba cada día agotada y en ocasiones mazada, no es que me pegasen demasiado, no como mi padre, pero si algo no quedaba como ellos querían, el cinto acariciaba cruelmente mi cuerpo.

Quizá por ello me aferré demasiado a mi primera relación sentimental. Era atento y amable conmigo, siempre pendiente de todo lo que me atañía y en cuanto le conté como era mi vida, no dudó en pedirme matrimonio para sacarme de allí. Me pareció muy romántico y me sentí halagada. No tenía más que diecisiete años y con seguridad la inmadurez propia de la edad no me dejó ver lo que tenía delante.

Busqué un embarazo para tener la facilidad de poder salir de casa, para ellos sería un desprestigio. Y como esperaba, me echaron de casa.

Nos casamos enseguida y pronto pude comprobar lo que era él en realidad. Tenía veintiocho años y una vida ya vivida, era experto en el arte amatorio y me complacía en cada relación sexual cuidando al detalle cada momento. Pero al mismo tiempo era posesivo, esas atenciones que tanto me complacían al principio, no eran más que puras obsesiones por tenerme controlada en cada momento. Llegaron las peleas y seguidas las palizas, en una de ellas perdí el bebé que esperaba. Entonces recordé a mi madre, no iba a ser como ella, así que haciendo mis maletas me fui de allí.

Con el poco dinero que tenía, cogí un autobús, comenzaría una nueva vida lejos de allí. Y compré un billete al sitio más lejos que podía pagarme.

El comienzo fue muy duro, sin hogar, sin trabajo, sin dinero... Localicé sin querer un hogar para mujeres maltratadas y me acogieron de buena voluntad, y no solo eso, me localizaron enseguida un trabajo. Mi vida comenzaba a asentarse, pronto pude pagarme un pequeño apartamento, suficiente para mi y allí lo conocí a él, mi luz, mi vida, mi ilusión...

Miguel era mi vecino puerta con puerta. Al principio solo nos saludábamos deseándonos un buen día. Pronto con cualquier excusa él comenzó a pararme para charlar un rato. Un día era el agua caliente, otro día la calefacción, hasta que acabó por preguntarme mi nombre.

Comenzamos a hacernos buenos amigos, me hacía sentir especial y en esta ocasión parecía distinto, aunque no me sentía segura. Mi experiencia con los hombres no había sido buena y me mantenía a la defensiva.

El intuyó que algo me pasaba y organizó una cena en su casa. Acepté encantada, lo observaba en cada momento, cada gesto o mirada quedaban gravados en mi retina y yo después me encargaba de analizarlo para saber que clase de hombre era. Así que esa cena me ayudaría a estudiarlo un poco más, me gustaba mucho y esperaba no llevarme una sorpresa.

Fue una cena especial, él sabía que algo me pasaba, decía que mis ojos aunque bellos transmitían mucha tristeza y resentimiento, y me pidió que por favor le contase lo que me pasaba.

Y se lo conté, cada detalle tortuoso de mi vida, rompiendo a llorar al finalizar. Me abrazó con ternura y comenzó a besarme, aunque no fue más allá y se lo agradecí, aún no estaba preparada.

Pasaron los meses fortaleciendo nuestra relación, hasta que decidimos irnos a vivir juntos, los dos trabajábamos y podíamos buscar un piso un poco más grande. Me sentía muy feliz, era la primera vez que sentía amor de verdad, sin contar con el de mi madre.

Los dos primeros años, fueron los más felices de mi vida. Pero no se por que motivo la vida se empecina en torturarme y hacerme infeliz. Miguel comenzó a encontrarse mal en el mes de noviembre, dolores intensos le impedían dormir y el día aunque más llevadero era un sufrimiento.

El diagnóstico no podía ser peor, “cáncer”. Le quedaban pocos meses, a lo sumo un año. Nunca lloré delante de él, aunque de sobra sabía como me sentía. Nuestro amor era puro y sincero y ni la muerte podría arrebatármelo.

Disfrutamos cada día como si fuese el último, haciendo el amor cada día gozando de nosotros. Hicimos un pequeño viaje y aprovechamos al máximo el tiempo juntos. Se acercaba el final y sentía que yo moriría con él. No era justo, toda una vida de sufrimiento y cuando encontraba a la persona perfecta para mí, la muerte nos acechaba.

Solo aguantó cinco meses, pero fueron los más felices de nuestra vida. A mediados de Abril entregué su cuerpo a la tierra. Solo esperaba que la vida no fuese solo ésto, que hubiese algo más para que pudiésemos volver a encontrarnos. Me sentía morir y no sabía como encauzar mi vida.


A las pocas semanas, ante la ausencia de la regla, el predictor me confirmó una gran noticia, estaba embarazada. El hijo de Miguel, nuestro bebé...

"VISITA INESPERADA"

Me hallaba en la plenitud de mi vida, un novio que me adoraba, una familia cariñosa y un trabajo que disfrutaba. ¿Qué más podía pedir?

Normalmente Dani venía a recogerme al trabajo todas las tardes, y cuando no lo hacía regresaba caminando, no era mucho trayecto y aprovechaba para ver tiendas o hacer algún recado.

Una tarde intuí que alguien me seguía, solo era un presentimiento pero lo suficientemente fuerte como para creer en él. Me giré y varias personas se dirigían en la misma dirección que yo pero no conseguí distinguir a nadie que que estuviese a esa labor. Deseché ese pensamiento, seguro que era una tontería.

A la hora de comer siempre volvía sola y esa sensación seguía en mí, aunque en ninguna ocasión aprecié a nadie. Día tras día esa misma percepción me perseguía, llegando a obsesionarme tanto que observaba a la gente con desconfianza. Nunca le comenté nada a mi pareja, no quería preocuparlo, probablemente era algo con lo que me había obcecado sin razón.

Los últimos días la sensación parecía ser mucho más poderosa, notaba esa presencia en todo momento: tomando un café con mis amigas, estando con Dani, incluso hallándome sola en casa. Despertaba de noche intranquila y la notaba a mis pies, si estaba en la ducha sabía que fuera de la mampara me estaba esperando y si veía la tele con seguridad la presentía detrás de mi.

Todos comenzaron a decir que me notaban ausente y distraída, y así era, no conseguía concentrarme en nada, había perdido interés en todo, incluso en los momentos íntimos con mi novio.

Era lunes por la noche. Después de cenar me fui para la cama con intención de leer un rato. No había quedado con mi chico ya que me sentía cansada y pretendía ir temprano para la cama. Estaba pensando en ir al psiquiatra ya que no era normal lo que me estaba pasando, además me estaba afectando en todo. Debería contárselo a Dani para que me entendiese, lo tenía confundido y pensando que nuestra relación se estaba enfriando.

Después de leer un rato, me dispuse a dormir. Apoyé mi libro en la mesilla y apagué la luz de la lamparita. No había hecho más que acomodarme buscando postura cuando una luz blanca y potente iluminó mi habitación.

Me asusté pero pensé que era un sueño. Una figura vestida de negro con una gran capucha que no dejaba ver su rostro, se apostó a los pies de mi cama. Con voz ronca y profunda me habló:
  • He venido a buscarte, supongo que ya lo sabes, llevo días persiguiéndote, dejando que sientas mi presencia para que puedas ser consciente de lo que te va a pasar...
  • Si -contesté- hace días que soy consciente de que alguien me sigue, pero ¿quién eres?
  • ¿Todavía no lo sabes?¿No te dice nada mi aspecto? -la fuerza y dureza de su voz, imponía-.

Mi corazón latía descontrolado, la misma muerte estaba delante de mí, reclamando mi alma. El vello se erizó en mi piel y mi respiración entrecortada me ahogaba...
  • ¡Soy el futuro y el fin de todas las personas, y ahora es tu momento! He intentado hacerte sentir mi presencia, para que supieses que llegaba tu final y dejases zanjados todos tus asuntos, pero mostrándote esquiva has evitado la recepción del mensaje y ya no puedo retrasar más el momento.

No podía ser verdad, llevaba días sin ver a mi familia. A mi chico lo tenía confundido y hacía tiempo que no le decía cuanto lo amaba. No era justo marcharme así. Necesitaba más tiempo...
  • Lo siento -continuó- no puedo darte más tiempo, ahora deberás acompañarme y si tienes temas pendientes dispondrás del que necesites vagando entre los vivos hasta que dejes todo resuelto.

Levantando sus manos y elevándose sobre mi, reclamó mi alma. Sentí un dolor muy profundo y agudo que duró solo unos instantes, dejando a continuación una sensación de paz y alivio. Me vi flotando sobre mi cuerpo y pensé con añoranza en mi amor, en los hijos que nunca llegarían y en el futuro que nos habíamos prometido. Tendría un tiempo para conseguir hacerle saber cuanto lo quería, hasta entonces no descansaría en paz, solo esperaba que ese momento no tardase mucho,  aquí todo era oscuridad y frío,  sabía que
en el otro lado, el descanso sería plácido y eterno.