domingo, 20 de octubre de 2013

"TORMENTO"

Nancy despertó sudorosa y gritando como últimamente, su marido la abrazó intentando tranquilizarla. Esa terrible pesadilla se repetía cada noche torturándola una vez más, reviviendo ese fatídico día que la atormentaba.

Se encontraba en su séptimo mes de embarazo y había perdido toda la ilusión por su nuevo hijo, que con fuerza se movía en su vientre.

Tres meses atrás, una dura tarde de invierno, había bajado un momento al supermercado a comprar leche, no acostumbraba a dejar a los niños solos en casa, pero dada la baja temperatura y la lluvia torrencial que caía, decidió dejarlos un instante. En cinco minutos ¿qué podría pasar?

Jason tenía seis años, y la pequeña Phoebe tan solo cuatro. Después de avisarles bien de que no abriesen la puerta a nadie, los dejó sentados en el sofá viendo unos dibujos en la televisión.

Hubiese tardado bastante menos, si no fuese por la cola que se había formado. El supermercado estaba situado en la parte de atrás de su casa, a solo un minuto. Al final, cerca de diez había sido el total de tiempo que había pasado fuera de casa, debería haber dejado la leche sin comprar cuando vio la cantidad de gente que allí había, incluso podría haber ido a comprar en cuanto Lionel regresase del trabajo, no podía evitar torturarse cada nuevo día, con “podría” y con “porqués”...

En cuanto dio la vuelta a la manzana, ya fue consciente de lo que ocurría, su casa estaba ardiendo... Tiró la bolsa de la leche a un lado, e intentó adrentrarse en su hogar, si no fuese por un vecino que la agarró evitando que entrase en aquel infierno, seguramente ahora estaría muerta al igual que sus hijos, pero hubiese sido preferible... no soportaba vivir con esa pena y ese sentimiento de culpa...

Sus gritos desgarradores se escuchaban en todo el barrio, aunque inútilmente intentaron apartarla de allí refugiándola en casa de uno de sus vecinos, había sido imposible, y en cada despiste su ansia la obligaba a intentar acceder a su hogar envuelto en llamas.

Los bomberos llegaron enseguida, y para cuando consiguieron entrar, ya nada pudieron hacer por sus dos hijos. Sacaron sus pequeños cuerpecitos completamente inertes y corriendo los abrazó llorando y gritando ante tal situación desesperada para una madre. Alguien había llamado a su marido que se presentó enseguida, intentando apartar sin conseguirlo a la joven madre del abrazo que dolorosamente daba a sus hijos, la dejaron unos minutos, mientras en el suelo los estrechaba en sus brazos, acunándolos por última vez...

Un corto circuito en la televisión había sido el desencadenante en toda esta tragedia, si ella hubiese estado en casa en ese momento... Eso era algo que la martirizaba cada nuevo día, e intuía que jamás aprendería a vivir así, con ese tormento que la afligía profundamente.

Se hallaba en la cama, sin haber sido capaz de conciliar el sueño de nuevo, cuando una humedad conocida, la empapó... No podía ser, todavía le quedaban siete semanas para salir de cuentas... Llamó a su marido que dormía de nuevo, cuando una contracción le recorrió su espalda y su vientre...

Se dirigieron al hospital, las contracciones eran todavía muy distanciadas pero sabía que el parto era inminente. Era demasiado pronto, el bebe no tenía suficiente peso, y es que a partir del accidente no solo no había engordado nada, sino que había adelgazado. Si quería que su bebe sobreviviese, le habían recomendado comer a menudo y guardar reposo, pero ninguna de las dos cosas había tenido en cuenta, y ahora, se sentía muy asustada, ahogada en su propio dolor, había descuidado totalmente a su nuevo hijo...

Ahora temía lo que hasta ese día le había resultado indiferente. Las ecografías no le hacían ilusión, no tomaba el complejo vitamínico que le habían recomendado, ni siquiera había pensado un nombre para el bebé además no había querido saber su sexo y su habitación, estaba sin montar... No podía perderlo... ¿Qué clase de madre era para dejar morir a tres hijos? Llorando arrepentida, la prepararon para entrar en quirófano, había sufrimiento fetal y debería nacer cuanto antes...

Cuando despertó de la anestesia, lo primero que hizo fue preguntar por su hijo. Era una niña, y dado su bajo peso, la habían subido a neonatos para poder recibir los cuidados adecuados. Sus pulmones necesitaban madurar y su sistema inmunológico era muy débil, así que una incubadora iba a ser su cuna durante un tiempo.

En cuanto la subieron a su habitación, Lionel estaba esperándola, la besó con mucha ternura demostrándole su amor incondicional, y juntos subieron a ver a la pequeña recién nacida. Decidieron por el camino que la llamarían (*)Hope, un nombre que le iba que ni pintado, eso significaba para ellos, esperanza...

Era muy pequeña pero preciosa, se veía tan frágil allí metida... Nancy pidió que se la dejasen coger para poder amamantarla un rato, era algo que en ese momento ansiaba tanto... Cuando la tuvo en sus brazos y sintiendo la facilidad con la que comenzó a mamar, todo pareció quedar atrás, los malos momentos vividos, la triste tragedia, sus hijos fallecidos... el pasado no debía inmiscuirse en su vida, era algo que jamás olvidaría, Jason y Phoebe permanecerían siempre en su corazón, pero ahora debería recuperarse por su hija, sabía que saldría de esa, era una niña fuerte y el amor que le tenían sus papas, la ayudarían a superar esa primera dificultad con la que comenzaba su vida...

Bonita tarde de primavera para poder celebrar un cumpleaños. La pequeña Hope estaba preciosa con esas preciosas ondas rubias que adornaban su cabeza, era una niña dichosa, y ese primer año de vida, pese a pequeñas secuelas que le habían quedado de su nacimiento prematuro, había sido muy feliz para los tres.

Todos reunidos alrededor de la pequeña mientras intentaba soplar su primera vela, hizo pensar a Nancy en las ironías de la vida, como te quita cosas por un lado, para después recompensarte...


(*) Hope: Traducción esperanza.





3 comentarios:

  1. Jopeta que duro y fuerte, pero que bien narrado, me has tenido casi sin respirar, enfadada con la madre al igual que ella consigo misma.
    Atrapas con tus historias, independientemente de que este de acuerdo o no el final. Así es la vida, pues me metí en el papel de la protagonista y no me lo hubiera merecido.

    Besos muchos y calidos ♥♥♥

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  2. muchas gracias por tus comentarios, siempre me complacen, los finales en ocasiones son como la vida misma, no siempre nos complacen. Abrazos y besos muy grandes!!!!

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  3. Por cierto, que estoy abierta a las críticas también, siempre son constructivas. Buenas noches, besossssssss!!!!

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