lunes, 16 de diciembre de 2013

"VIDA"

Dicen que hay que ser agradecido a la vida, y estoy de acuerdo, siempre he escuchado eso, pero... cuando la vida se porta mal con nosotros y nos arrebata lo que más amamos en el mundo... ¿Quién nos escucha? ¿A quién le reclamamos? 

La vida nunca había sido justa conmigo, desde mi infancia recuerdo a mis padres siempre atosigados con los gastos, sin encontrar la manera de salir adelante. Mi hermano pequeño había nacido con una enfermedad genética, en la que los duros tratamientos a los que debía someterse los tenían que costear ellos, ya que no los cubría el seguro. Finalmente cuanto no tenía más que once años, se fue... para descanso de él y de nosotros.

Por triste que parezca, mis padres comenzaron a vivir su vida, yo ya era una adolescente próxima a la mayoría de edad, con un futuro casi labrado. Después de estudiar administrativo, conseguí trabajo en una gran empresa en expansión, lo que me hizo ir subiendo puestos en poco tiempo.

Fue entonces cuando conocí a Abel. Era una empresa joven, así que no me extrañó que contratasen a un chico tan "pimpollo" como solía llamarlo yo, como jefe de Recursos Humanos. Enseguida conectamos, saliendo juntos a tomar el café de la mañana y en poco tiempo nos unía algo más que amistad...

Lo que comenzó fue una bonita relación, y el hecho de trabajar juntos no enturbiaba para nada lo que estábamos construyendo. Pasaron tres años plenos de felicidad, hasta que ante la ausencia del período la prueba de embarazo confirmó mis sospechas...

Cuando se lo dije a Abel, no se lo tomó bien como yo suponía, una mueca de desagrado se dibujó en su rostro, pero a pesar de todo, aceptó mi decisión de seguir adelante con el embarazo y por supuesto, con nuestra relación, no esperaba menos de él...

El embarazo transcurrió bien y no noté cambios en Abel con respecto a mi, siguió atento y cariñoso, incluso en ocasiones parecía dejar entrever algo de interés en la nueva vida que se estaba formando dentro de mi, al fin y al cabo, también era parte de él...

Para cuando llegó el parto, ya estábamos viviendo juntos y la verdad que me sorprendió la buena convivencia que teníamos, parecía todo perfecto, ¡por fin mi vida parecía plena!

Después del parto y con nuestro bebe en casa, llegaron los problemas, Abel no soportaba los llantos, las noches sin dormir y los madrugones de los fines de semana. No aceptó al pequeño Daniel y eso me dolía en el alma, cuando nuestro hijo no tenía más que dos meses, decidió irse de casa. Me pidió perdón por una actitud tan inmadura, pero no se veía preparado para ser padre, sus palabras fueron que" le iba grande ese papel, necesitaba tiempo, sin el niño y sin mi. Nuestro hijo lo había sobrepasado..."

Seguí adelante sin él, luchando por mi pequeño, y aunque Abel pasó un tiempo sin vernos, ya que además pidió traslado de ciudad en el trabajo, finalmente cuando Dani ya iba a cumplir un año, un día se presentó en casa. Simplemente me pidió poder verlo de vez en cuando, el vivir sabiendo que tenía un hijo no le dejaba dormir por las noches, quería intentar ser padre, un buen padre, y yo no era quien para negárselo.

Jamás fue un padre de verdad, pero sabe Dios que lo intentó, nunca se lo llevó a dormir, "no estoy preparado todavía" me decía, pero lo llevaba a pasear, al cine, al zoo, hacía muchas cosas con él, y nuestro hijo llegaba a casa radiante después de cada salida con su padre.

Aquella mañana, cuando me levanté estaba todo blanco, una gran nevada había caído durante la noche, vistiendo la ciudad de una belleza invernal deslumbrante. Bajé a la cocina para hacer unas tostadas y antes de que subiese a despertar a Dani, apareció él con su precioso pijama de franela con dibujos de Mickey Mouse que tanto le gustaba, -Mami, mami, ha nevado- me dijo risueño.

Lo cogí en mis brazos, abrazándolo suavemente, aspirando su dulce aroma, cuanto lo quería... mi vida entera era él... -Mami, ¿vamos a jugar al jardín? -preguntó entusiasmado- mientras lo llenaba de besos.

-Cariño, tienes que ir al cole- le dije mientras lo mecía en mis brazos, -cuando regreses por la tarde, te prometo que iremos a jugar un rato con la nieve ¿vale?- le dije mientras lo bajaba para hacerle cosquillas.

-¡Vale mami! -dijo mientras corría hacia su cuarto para vestirse, y de camino gritaba -¡Hoy lo vamos a pasar genial en el cole con tanta nieve, yupiiiiii! Solo tenía cuatro años, pero gozaba de una madurez pasmosa y verlo cada día, me recordaba a su padre... era tanto el parecido...

Ya en el trabajo, después de dejar a Dani en el colegio, me sorprendieron con una reunión sorpresa, unos nuevos inversores parecían interesados en nosotros y querían formar parte del comité de socios. Debería preparar la documentación en menos de una hora. Aún no había terminado, cuando recibí una llamada, la llamada...

Era del colegio de Dani, al parecer un compañero lo empujó contra una de las mesas y había llevado un fuerte golpe en la cabeza. Una ambulancia lo estaba trasladando en ese momento al hospital, así que dejé todo mi trabajo y salí disparada mientras llamaba a Abel y a mis padres...

Cuando llegué allí, las noticias no podían ser más desoladoras... Dani estaba en coma, la gravedad del golpe no había sido tanto por la fuerza del impacto, como por la zona donde se produjo. Estaba en coma y después de las primeras pruebas realizadas, no hallaban respuesta cerebral ninguna...

No podía creerlo... mi niño, mi vida, mi razón de ser... se iba... Era todo tan irreal, no podía ser cierto, no era más que una terrible pesadilla... Pero las horas pasaban y fui consciente de que era algo real... Para cuando llegaron mis padres y Abel, nuestro niño ya estaba con tan solo un hilo de vida... Y rogué que me dejasen estar con él para acompañarlo en sus últimos momentos.

Cuando entré en su habitación, no lo conocí, lleno de tubos y agujas por todos lados... En la sien derecha se apreciaba un tremendo hematoma que le llegaba al ojo. Cogí su mano y apoyé mi cabeza sobre su pecho, sintiendo su respiración artificial... -No te vaya cariño... quédate con mami...- y lloré, lloré más de lo que había llorado en toda mi vida junta... No podía perderlo... no era justo... lo abracé desesperada intentando agarrar su vida y que no se escapara... enseguida llegaron las enfermeras e intentaron separarme de él, y para cuando lo consiguieron, él se fue... y grité con una impotencia tan grande que me obligó a abalanzarme sobre mi hijo, pero en esta ocasión me dejaron... Lo acuné por última vez en mis brazos durante no se cuanto tiempo... pero mucho... Dejaron pasar a Abel, con el ánimo de que él fuese capaz de despegarme de mi pequeño, y para cuando lo consiguió, estábamos los dos llorando presas de una gran desesperación. 

Lo demás ya no fue vida... Yo no tenía más que veintiséis años y un alma destrozada... Abel me pidió perdón por su cobardía, y se mostró realmente arrepentido por no haber sido capaz de aprovechar el regalo que se le había ofrecido y que él egoistamente había rechazado. Ahora... echaba de menos tanto tiempo y tantos momentos sin vivir con su hijo, y eso era algo que jamás podría recuperar...

Me rogó una oportunidad, me amaba y ahora se veía preparado para ejercer de esposo y de padre, juntos podríamos soportar la vida que nos quedaba, y quizás un nuevo hijo, ayudaría a soportar tanto dolor...

Ahora fui yo la que le pidió tiempo, tanta pena no me dejaba pensar con claridad, necesitaba centrar mi vida ahora tan alejada de mi hijo, y todavía no sabía lo que sería mejor para mi... Ya no confiaba en la vida, ni el futuro, solo el tiempo me diría lo que hacer...




sábado, 7 de diciembre de 2013

"VIENTO DE AMOR"

Se había levantado mucho viento de forma repentina, cogiéndonos a todos por sorpresa. Las chicas por la calle, sujetaban sus faldas que volaban dejando entrever ese bello tesoro que esconden entre las piernas. Otros,  agarraban con fuerza sus distintos sombreros evitando que el viento se los llevase a su antojo. La situación era cómica, más que nada por la rapidez con que se había desencadenado, dejándonos desconcertados y como es de suponer nadie estaba preparado para este imprevisto.

De repente, el viento trajo hacia mi, un precioso foulard blanco, con un aroma embriagador que se adentró en mi interior, sumiéndome en unas sensaciones plácidas y al mismo tiempo excitantes, que me obligaron a buscar enseguida a la dueña del mismo. Me subí a un banco para así tener una amplia visión de la zona, busqué en medio de la gente, la calle estaba abarrotada, era hora punta y además ruta peatonal en el centro de la ciudad. En medio del bullicio, descubrí a una preciosa joven de larga melena rizada, poseedora de un rostro angelical y perfecto. Ella buscaba desesperada su pañuelo y por sorpresa para mi, sus ojos cayeron en mi. Levanté mi mano, mostrando su pañuelo y ella me sonrió. Decidí entonces acercarme a su encuentro, sorteando a las distintas personas que encontraba por el camino, pero cuando llegué allí, ella no estaba, llevé mis ojos a mi alrededor, intentando descubrirla sin suerte. Recorrí un par de veces la calle con la esperanza de encontrarla, pero no fue posible... Me quedé allí parado aspirando el dulce olor que desprendía y con la misma, doblándolo con cuidado lo metí en el bolsillo, prometiéndome que la encontraría.

Pasó el tiempo y a pesar de mi esfuerzo por localizar a la bella joven, fui incapaz. Observaba a cada chica que encontraba en cualquier lugar al que yo iba, pero ninguna era ella. Cada noche, observaba y acariciaba aquel pañuelo con la esperanza de poder entregárselo. Algo nuevo había nacido en mi, y la impotencia no me permitió disfrutar de la vida como debería haberlo hecho. Pasaba de relación en relación sin encontrar a ninguna que me pareciese adecuada para mi, buscaba aquella esencia que desprendía el pañuelo, y aunque pasasen cien años, acabaría encontrándola, estaba seguro.

Después de la madurez, llegó la vejez, y hallándome solo y vencido, decidí entrar en una residencia de ancianos, por lo menos allí tendría otras personas con las que conversar y pasar el tiempo, ya que era lo único que me quedaba, "ver pasar el tiempo", al no encontrar a mi amada, todo dejó de importarme y me abandoné a la vida...

La sorpresa fue además de muy grata, imprevisible. En la sala de la televisión, descubrí a una mujer que se antojaba bella, muy hermosa... Cuando entré allí, levanto la mirada de la revista que estaba hojeando y me miró, en esos ojos ahora ancianos, descubrí a la joven que un día había perdido un pañuelo por capricho del viento. Estaba seguro, era ella, su imagen la tenía grabada en mi mente y en mi corazón... Me acerqué y le pedí permiso para sentarme a su lado, ella con una dulce sonrisa asintió, y comenzamos a conversar. Saqué de mi bolsillo, aquel pañuelo que había sobrevivido en perfecto estado al paso del tiempo, y se lo entregué, me miró asombrada y sonrió. Recordaba el día y ahora me recordaba a mi... Había intentado acercarse a mi con la intención de recuperarlo, pero cuando llegó, yo no estaba, buscó un poco en medio de la gente, pero enseguida se marchó, había mucha gente y el encontrarme, le pareció algo imposible...

Referimos nuestra vida, todo lo ocurrido en ella y nuestras ansias. Le sorprendió el hecho de que guardase aquel foulard y que no dejase de pensar en ella todos aquellos años. Ella se había casado, pero no con la persona adecuada que no dejaba de golpearla y maltratarla, hasta que estando embarazada de su primer hijo, una terrible paliza, la dejó en coma, perdiendo a su hijo y dejándola estéril. Entonces fue cuando decidió que debería tomar las riendas de su vida. Así pues, haciendo las maletas, abandonó a su marido, y sin saber porque, yo aparecí en su mente... aún así, no pensó en la oportunidad de poder encontrarme...

Por mi parte, le conté al detalle mi vida, como ansié el poder tenerla conmigo y como la busqué por todas partes sin hallarla... Ahora estábamos juntos y aprovecharía los pocos años que nos quedaban, para hacerla feliz y dichosa, y para amarla como jamás nadie la había amado, la espera había sido larga, pero había valido la pena...



domingo, 24 de noviembre de 2013

Pequeño relato sentimental en foto.


"ASESINA LETAL"

Probablemente, la muerte de mi padre fue el desencadenante de toda esta historia, bueno, probablemente no, realmente ha sido eso. Era algo que sabía que jamás superaría, estaba muy unida a él y todavía lo necesitaba demasiado. Su marcha nos dejó desolados, mamá se había quedado tan sola y tan abatida que supe que jamás sería la misma.

Papá era muy joven todavía, no tenía más que cuarenta y cinco años y toda una vida por delante. Era policía, llevaba desde los veinte años en el cuerpo y una fatalidad intencionada hizo que aquella noche se encontrase con la muerte.

Volvía a casa después de haber acabado el turno de tarde. Cuando se dirigía hacia su coche en el aparcamiento, una pandilla lo asaltó golpeándolo brutalmente hasta su muerte. Una pareja de ancianos que pasaba por allí, lo vio todo sin poder hacer nada para impedirlo, eran demasiados; Escondidos avisaron enseguida a la policía, pero para cuando llegaron aunque fue a los pocos minutos, ya no había nadie allí, salvo el cuerpo sin vida de mi padre.

Comencé entonces una cruzada por mi cuenta. Trabajaba también en la policía, era novata ya que no llevaba más que unos meses en el cuerpo, tenía diecinueve años y en ese momento era la chica más joven del cuerpo, pero había tenido un gran maestro y sabía como moverme y manejarme, conocía el funcionamiento y como evitar dejar pistas. Era buena y todavía sería mejor, aunque una parte de mi se iba al otro bando de manera temporal, pero por mera limpieza, nada más... La ley protegía en muchos casos a estos tipos de pandillas, la mayoría bien organizada y casi siempre parecían tener coartada, ya que entre ellos se protegían.

Lo había meditado todo muy bien, poco a poco me iría deshaciendo de todas las pandillas de la ciudad, hasta que no quedase ni una. Eran los mayores culpables de la delincuencia de la ciudad y ganaríamos en seguridad una vez acabase con todas.

No tenía miedo, había comenzado mi formación en artes marciales a los tres años, era rápida y hábil, y aunque era menuda, gracias a mi gran forma física, resultaba una rival complicada por lo escurridiza que era. No sabía si papá estaría contento con mi decisión, pero era algo que debía de hacer, lo que no vale se desperdicia y se tira ¿no? pues no iba más que a poner un poco de orden y limpieza en la ciudad, solo eso.

No tuve dificultades para acceder a los expedientes de las distintas pandillas registradas por sus antecedentes en nuestros ordenadores. Recabé toda la información posible en pocos días, la ansiedad me podía y tenía que empezar cuanto antes.

Tenía direcciones aunque sabía como encontrarlos igualmente. Y aquel martes comencé, escogí una pandilla asiática que tenían su sede muy cerca de donde yo vivía. Iba a ser un trabajo fácil y limpio, no me iba a complicar y de una tacada acabaría con unos cuantos miembros de golpe. Salí de casa a las tres de la madrugada y me dirigí en mi coche hacia el barrio donde tenían su casa, su punto de encuentro... No había nadie por la calle y en la casa estaban todas las luces apagadas, dada la hora estarían todos durmiendo. Saqué unos bidones de gasolina del maletero de mi coche y comencé a rociar todo el exterior de la casa. No quería que hubiese salida posible de aquel infierno que iba a causar. Encendí una cerilla y la dejé caer mientras el fuego comenzaba a sucederse con rapidez. Solo me quedé unos segundos, recreándome en aquel asesinato múltiple que me hacía sentir tan bien.

La venganza había comenzado y las noticias de la mañana, no podían haber sido mejores. Cuando llegué a comisaria había un gran revuelo, al parecer doce miembros de una pandilla habían resultado asesinados en su casa, a la que habían prendido fuego. Se suponía que había sido un ajuste de cuentas entre pandillas, así que aunque se había abierto una investigación, supuse que no tardarían en archivar el caso.

No podía esperar a seguir con mi cruzada particular. Esa misma noche volví a salir con el mismo modus operandi, en esta ocasión el resultado fue mejor, además había escogido una de las peores, era multiracial y en ella se encontraban los jóvenes más agresivos y sin escrúpulos de la localidad. Habían organizado una fiesta por lo que allí dentro estaban casi todos los miembros con sus novias, lo sentía por ellas, pero iba todo en el lote. En total, treinta y una víctimas. En comisaria comenzaban a sospechar que algo raro estaba pasando.

Repetí esta operación cinco veces más, con buenos resultados. Miembros de distintas pandillas, habían acudido a la policía con el fin de solicitar protección. Estaban asustados y preocupados, mal sabían ellos que su verdugo y su fin, lo tenían muy cerca...

Debería cambiar de táctica, además quería darme el gusto de que me viesen cuando los fuese a matar. Eso sería una gran satisfacción para mi.

Comencé a frecuentar los distintos barrios donde estaban ubicadas este tipo de pandillas, con la idea de ver sus movimientos para encontrar el modo de sorprenderlos y conseguir mi objetivo.

Me vestí para la ocasión, de manera sensual y atrevida para no crear sospechas en ellos. Sorprendí a dos hispanos en un callejón, y haciéndome la encontradiza con ellos me mostré seductora cautivándolos de manera fácil, y mientras tonteaban conmigo, saqué con rapidez un revolver sin registrar y les disparé directamente a la frente con mucha rapidez, no tuvieron tiempo de reaccionar mientras en esos pocos segundos su cara se mudó a  una expresión de terror. Recogí los cartuchos del suelo, y me marché complacida.

En un mes había fulminado a casi todos los miembros de las distintas pandillas de la ciudad. Ahora me lo iba a tomar con calma, pocos quedaban y ya tendría la ocasión de liquidarlos igual que al resto. Mis compañeros no tenían pistas ni pruebas, y lo que menos sospechaban era que una de ellos se había encargado de tan noble causa.

Mi padre estaba vengado, y la ciudad había  ganado en tranquilidad. Al final la muerte de mi padre, había servido para algo...

sábado, 16 de noviembre de 2013

"CORAZÓN ROTO"

En mi cabeza rebotaban las palabras del que pensé que era el hombre de mi vida. Jamás pensé  poder llegar a sentir tanto dolor, lo amaba intensamente, mi vida era él...

Aquella bonita tarde de primavera, después de recogerme en el trabajo, me llevó hacia el parque que estaba junto al muelle, quería hablar algo importante conmigo, e intuí que no era nada bueno. Sentados en un banco que nos regalaba una vista hermosa del atardecer, comenzó con sus hirientes y dolorosas palabras:

"Te prometí un futuro feliz, una vida siempre juntos, mi amor para siempre... Se que estoy faltando a mi palabra, pero no era mi intención, me gustaría haber podido cumplir con todo lo que te he jurado. Te he dicho en miles de ocasiones, que eras la dueña de mi corazón, la reina de mi vida, mi tesoro más valioso, que lo eras todo para mi. Pero no pienses que te mentí, en realidad, todo eso lo pensaba y estaba seguro que envejecería junto a ti.
Pero la vida es caprichosa y el amor mucho más, y lo que hoy parece que es lo mejor, mañana podría no serlo. No por eso soy un malvado, ni un ser mezquino, ni siquiera un rompecorazones, esa definición la llevan otra serie de individuos.
Me duele esta ruptura, porque no la mereces, pero debo ser honesto, por ti y por mi.
Te quise con locura y te amé con todo mi corazón, de eso puedes estar segura, pero no puedo luchar contra lo que ya no siento... y lo nuestro se acabó, por lo menos por mi parte, el amor se evaporó y no puedo obligarme a quererte.
No llores, no sufras, lo siento sinceramente... Solo espero que algún día seas capaz de entenderme y por lo tanto, perdonarme..."

No me lo podía creer, el hombre de mi vida me había fallado, ya no me quería... Me quedé muda, incapaz de articular palabra, solo abundantes lagrimas expresaban mi desdicha. Me acompañó hasta casa, los dos en silencio y con un simple beso en la mejilla, se despidió de mi.

El hacerme a la idea me llevó mucho tiempo, sufría en silencio, mi madre estaba enferma y no quería atormentarla con mi pena, no encontraba desahogo en mi vida. Mis amigos se volcaron en mi, pero no había nada que aliviase mi sufrimiento, era tan extraña la vida sin él a mi lado...

Entonces lo conocí. Habíamos ido al cine a ver una película de terror, eran mis favoritas,  pero las vivía tanto que lo pasaba fatal. En un momento dado en una escena que la que nos daban un gran susto, en mi sobresalto, abracé a la persona que tenía a mi derecha, tardé unos segundos en darme cuenta que no era nadie de mi pandilla. Azorada, le pedí disculpas, mientras el joven me sonrió restando importancia al episodio. El resto del tiempo lo pasé más pendiente de él que de la propia película, observándolo cada vez que en alguna escena la sala se oscurecía, o bien por el rabillo del ojo, y cuando terminó, me dio pena, no por haberme perdido el final, ya que ni me había enterado en mi entusiasmo por contemplar al chico sentado a mi lado, sino porque probablemente jamás volvería a verlo.

Las luces se encendieron y mis amigos tiraron de mi para salir de allí, antes de que el cúmulo de gente se acumulara en la salida. Eché un último vistazo al joven, y ahora con luz pude distinguir un rostro dulce y atractivo, me sonrió mientras mis pasos guiados por mis amigos, me sacaban de aquella sala.

En la calle caminé pensativa, mientras todos comentaban los detalles de la película. Entonces sentí que alguien me tocaba la espalda. Era él, y algo saltó en mi corazón haciéndome vibrar con una energía que hacía tiempo que no sentía. Me invitó a tomar algo juntos, así que dejando a nuestros amigos, nos encaminamos a un café cercano los dos solos.

Esa fue solo la primera de nuestras inmensas citas, y no pude menos que agradecer el que mi ex me hubiese dejado, de no ser así, no se si tal vez  hubiese conocido a Carlos. Ya no sentía odio hacia él, es más, ahora entendía las palabras que tan cariñosamente me había dicho aquel fatal día. Lo que sentía ahora, era de un nivel superior a lo había sentido por mi ex, era algo mágico, era una necesidad diaria de saber de él y de buscar su presencia, era el necesitar sus besos y sus abrazos. El sexo, el tan solo dormir juntos, el salir a pasear, la risa, la música, una película, las palomitas... todo era distinto con Carlos.

La vida me regalaba una segunda oportunidad, inmensamente mejorada y de más calidad, entonces recordé lo que mi padre siempre decía, "cuando algo malo pasa, es porque algo mejor te espera en el camino".



"BUENAS NOCHES AMIGOS"


Acuéstate,
pensando en algo que te haga feliz,
eleva tu mente hacia el mundo que deseas.
Deja que la imaginación
dibuje esa vida que te gustaría vivir
con la persona que deseas a tu lado.
Nosotros mismos podemos atraer lo bueno hacia nuestro entorno,
solo hacen falta pensamientos optimistas y positivos.
Destierra tu negatividad
y deja de pensar que todo va mal
atrae lo bueno hacia ti con tu mente.
Deja que tu alma brille con su luz intensa
no la apagues, ni siquiera permitas que el brillo baje de intensidad,
se tu mismo pese a las adversidades.
Eres fuerte, no lo olvides, puedes con todo,
porque lo malo no va a hacer más que fortalecerte.

Buenas noches, dulces sueños y feliz despertar.

domingo, 10 de noviembre de 2013

"BATALLA PERDIDA"

¿Cómo se puede ir en contra de un amor que cada día crece, inundando mi alma de deseos que jamás serán correspondidos? Lo amo con todo mi corazón, ansío sus besos, sus abrazos, su compañía... Pero estos sentimientos jamás podrán ser más que una ilusión. Nunca habrá paseos por la playa, cenas románticas ni promesas de futuro. No habrá te quiero, ni susurros al oído, ni locuras atrevidas...

Y no puedo conformarme con tener tan solo su amistad, sufro en silencio al estar en su presencia, esperando que fuese yo y no ella la que se refugiase en sus brazos, embargándome de su dulce esencia masculina.

Pero no hay  nada que pueda hacer, ellos se quieren con locura y su amor es tan puro y profundo que él no tiene ojos para otra, ni siquiera parece darse cuenta de como lo miro mientras ansío un breve roce con su cuerpo, o tan solo una mirada que se pusiese en mi, admirando el precioso vestido que escogí solo para él.

¿Y quién soy yo para inmiscuirme en una relación así? Yo no soy nada, no soy nadie... solo una joven enamorada a la que aún le queda algo de orgullo, que sabe perfectamente cuando una batalla esta perdida y con todo el dolor, decide una retirada antes de que el mal sea mayor...

Me voy para siempre, con mi amargura y mis sentimientos rotos, para comenzar una nueva vida lejos de tanto dolor que me atormenta cada nuevo día. Quizás pronto, muy pronto alguien consiga borrar este triste amor que me mata y vuelva a llenarme de ilusiones.

Brindo por mi nueva vida que afronto con ganas e ilusión, y sobre todo, brindo por mi futuro amor, mi salvador...

sábado, 9 de noviembre de 2013

"LA AMISTAD" - Reflexión.

La amistad es algo vital desde la más tierna infancia, los niños necesitan sociabilizar y relacionarse con otros niños para formar en ellos un carácter abierto y estimular sus sentidos.
Ya en la adolescencia es lo más importante para los jóvenes, su vida gira alrededor de sus amigos, ellos son los mayores cómplices de sus vivencias y sus experiencias, pasando los padres por lo general a un segundo plano, sin que sea nada trágico ni malo. Por muy buena relación que tengamos con nuestros hijos habrá cosas que no nos contarán o de las que no buscaran nuestro consejo, lo harán en ellos, sus amigos, que son una parte muy importante en su desarrollo y en su futuro, por lo que debemos controlar la gente con la que se mueven de manera sutil, sin que sientan que nos estamos inmiscuyendo en su vida.
Después de la adolescencia y hasta la vejez, nuestras amistades, junto con nuestra familia por supuesto, son un pilar fundamental en nuestro discurrir diario, opino que centrarnos solo en la familia descuidando nuestras amistades no es bueno, tener esas personas donde desahogar nuestras penas o buscar consejo, incluso compartir alegrías, es básico, habrá cosas que quizás en la familia no vamos a encontrar, mismo en ocasiones el buscar otro punto de vista. El buen amigo es un tesoro que debemos apreciar y mimar, ¿en cuantas ocasiones buscáis el consuelo en un amigo? o cuándo algo bueno te ocurre ¿cuánto tardas en llamar a esa persona especial? Los amigos nos animan, nos alegran, nos riñen y están ahí siempre, incondicionales, para lo bueno y para lo malo, y una buena forma de saber quienes son tus amigos de verdad, es cuando las cosas se tuercen en nuestra vida y no encontramos el camino de retorno, ese que viene a darnos la mano para guiarnos, ese será el buen amigo. Cuidadlo al detalle, sin descuidos, un buen amigo es algo que vale más que todo el dinero del mundo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

"HOMENAJE AL GRAN PADRE"

Nunca había sido realmente consciente de "la muerte" hasta que él me faltó. Era como si esa palabra careciese de significado y no pudiese afectarme a mi o a los míos, como si no fuese algo real. Quizá mi subconsciente no tuviese nada labrado con respecto a este hecho, como si se tratase de algo ajeno a nosotros. ¡Que ingenua! diréis, supongo que unos padres muy protectores habían influido mucho al respecto.

Cuando él se fue, mi mundo a mi alrededor se desmoronó, estábamos muy unidos, éramos más que un padre y una hija, éramos cómplices y amigos... Yo entonces, solo tenía veintidós años, cuando esa terrible enfermedad se lo llevó en tan solo nueve meses, no tuve tiempo de asumir su inminente marcha, y el verlo sufrir de aquella manera me torturó y me angustió mucho.

Mi idea sobre la vida cambio desde entonces, ya nunca fui la misma, incluso renegué de Dios y de la religión. ¿Quién podía ser tan cruel de hacer pasar una enfermedad tan dolorosa a una buena persona? Alguien con tanta bondad, tan especial y querido por todo el mundo no merecía una muerte así de brutal, mientras cientos de delincuentes, asesinos, pederastas, violadores y demás, gozan de toda una vida por delante.

Fue entonces cuando me di cuenta de que no era tan intocable como pensaba, que no por ser buena persona iba a tener una vida feliz, dichosa y llena de salud, y que la vida no es tan bonita ni tan larga como en principio me parecía. Aprendí a valorar y a disfrutar de cada momento... aprendí que la vida es sobrevivir las malas rachas que a veces nos visitan... aprendí que la vida es buscar la paz y la felicidad con la gente que queremos sin dañar jamás a nadie...

No hay día que no lo recuerde a pesar de que ya hace veinte años que no está con nosotros, todos los días le dedico un ratito de mi tiempo, haciéndolo partícipe de mis cosas.¡ En cuantos momentos me hizo falta y no estuvo...! Pero en mi corazón perdudará siempre, hasta el final de mis días.

Este es mi homenaje a él, gran hombre, amigo, esposo, y sobre todo "gran padre", por los bonitos años que pasé con él y porqué lo quiero y lo querré siempre. 

martes, 5 de noviembre de 2013

"MI CREDO" - Reflexión.

¿En qué creéis vosotros? Yo creo en mí, en mi familia, en mis amigos, en la vida... creo lo que veo, y lo demás para mi es algo ignorado, imprevisto, dudoso... No me atrevo a decir incierto o falso, porqué no lo sé, simplemente no me lo creo, así que lo vea, lo haré.
Por ejemplo, con respecto a ovnis y alienígenas, si es cierto que el universo es infinito, y como tal, deberíamos suponer que pueda haber más vida. Entonces, si es así, ¿por qué no se dejan ver? Quizá el mito de que son más evolucionados que nosotros sea falso, tal vez están como nosotros o incluso más retrasados, podría ser una opción. Sea como fuese, de momento, me mantengo incrédula.
El tema de Dios o de los distintos dioses, nadie lo ha visto ¿no? Bueno, algunas personas dice haber tenido visiones sobre Jesús o la Virgen María, yo me mantengo completamente escéptica sobre este tema, quizá los palos que he llevado en la vida, me han demostrado que no hay nada más, que la religión es un arma con la que nos manejan a su antojo los privilegiados que está en el poder, o incluso el propio estamento de la iglesia, que ha creado una empresa con multitud de seguidores que les generan cantidades abismales de dinero. Puedo llegar a creer en Jesús, pués hay escritos que nos dicen que ha existido, pero a mi parecer era una persona como nosotros, con carácter servicial y de ayuda al prójimo, como ha habido varios en el discurrir del tiempo, como Mahatma Ganshi, Martín Luther King incluso Che Guevara, pero no era un Dios, solo un hombre bueno sobre el que han creado una leyenda.
Y ya no digo nada con respecto a las supersticiones, pasar por debajo de una escalera, que se nos cruce un gato negro, derramar sal en la mesa... opino que somos débiles y necesitamos fortalecernos o torturarnos según sea el caso, con cábalas falsas quizá con el ánimo también de hacer más interesante nuestra vida, es un tema que se me escapa bastante del entendimiento, así que no puedo opinar con sentido común en este caso. Aunque todo lo anteriormente comentado, para mi, no deja de ser más que otras supersticiones.
Con todo esto vengo a decir que mi credo es mi vida, mi día a día, mis aspiraciones de futuro y todos los míos, lo demás, todo lo desconocido, no es más que eso, algo que desconozco con lo cual, no puedo creer.
Espero que a nadie moleste esta reflexión, solo es una opinión personal, acertada o no, tan solo eso. Os invito a que opinéis sobre el tema, agradezco vuestras opiniones y comentarios. Gracias.

"COBARDÍA"

Bajé a la playa, con la esperanza de encontrarlo, pero no estaba allí. Sabía cuales eran sus sentimientos y lo había lastimado, pero no era mi intención. Hace mucho tiempo que había detectado su interés hacia mí, aunque jamás hice nada para hacerle entender que no era correspondido, debería haber sido más cortante en determinadas cosas, intentar que él me sintiese distante según para qué. Pero no lo hice, me comporté como siempre, y es que realmente me gustaba su compañía y me divertía mucho con él, aunque no de la manera que Dani pensó, para mi siempre fue un gran amigo, al que eternamente querré mucho, pero solo eso... No puedo darle más, mi amistad debería ser suficiente... Aquella tarde descubrí en sus ojos una mirada diferente, y lo supe, iba a decirme algo importante para él y espantoso para mi, así que ahuequé el ala con cobardía, sin verme capaz de afrontar donde yo sola me había metido, me acerqué a Luis, sabía que no le caía bien, tal vez por que lo consideró siempre como un rival aún sin serlo, y eché mis brazos a su cuello plantando un enorme beso en aquellos labios sensuales y atractivos. Dani se quedó pasmado, observando aquella imagen, y bajó la vista apenado, se dio la vuelta saliendo del local, y acerté a descubrir un caminar pesaroso y lleno de dolor. Luis que se había quedado sorprendido  me robó otro beso, aunque enseguida entendió lo que había ocurrido. Tuve que tragarme una bronca tremenda de Luis, y tenía razón, no eran las maneras, tenía que haber sido valiente y haber hablado con él, enfrentándome a la realidad que yo había tejido, demostrándole que podía contar siempre conmigo para todo, menos para lo que él deseaba, la mejor manera de ayudarlo a superarlo era estar con él, como siempre había estado pero guardando las distancias.
Seguiría buscándolo, necesitaba hacerlo ya que me sentía fatal, quizá me perdonase y pudiese continuar una amistad que con seguridad ahora estaba rota...

lunes, 4 de noviembre de 2013

"VISCERAL O CEREBRAL"


Cómo saber que es lo correcto y no tener dudas de que seguimos el camino más acertado. Realmente no lo podemos saber, es difícil dar con la decisión más correcta. Sencillamente,

debemos dejar que nuestro instinto nos guíe, en ocasiones nos cerramos tanto en banda, que bloqueamos nuestras sensaciones sin dejar que afloren al exterior para orientarnos en nuestra batalla. Escuchar vuestro corazón, él no os fallará... A mi parecer,  hay circunstancias en las que encontramos una gran diferencia entre lo lógico y lo correcto, la cabeza nos lleva a lo primero y el corazón a lo segundo, yo personalmente dejo que elija mi corazón, y si por ello erro, habrá valido la pena... Quizá porque yo soy más visceral que cerebral, pero apuesto por él, mi corazón guiará mi vida hasta mi muerte...
Que tengáis una noche dulce y placentera, buenas noches mis queridos amigos.

"VIDA"

Sentimos porque estamos vivos, claro que cuando todo va bien, lo que fluye en nosotros es maravilloso y nos hace sentir especiales, pero ¿qué pasa cuando las cosas van mal? Todo se hunde, la tristeza nos embarga y nos aislamos en nuestro propio mundo. Una persona muy querida para mi siempre decía, "¡qué sería de la vida sin problemas!", y aunque os parezca estúpido, es verdad... gracias a lo malo, damos más valor a lo bueno, nos fortalecemos y nos hacemos mejores personas, además, si todo fuese fácil, sería muy aburrido, ¿no creéis? Así que, afrontemos lo malo lo mejor posible, intentado buscarle una solución, y si no la tiene, ¡qué le den al problema! ¡Buen lunes amig@s y mejor semana! Muchos y grandes besos de esta amiga que os quiere 

sábado, 2 de noviembre de 2013

"DESCUBRIMIENTO IMPREVISTO"


Había crecido en aquel pequeño pueblo, amparada por una comunidad protectora que más parecía una gran familia, siempre había sido así, por lo que a nadie le parecía fuera de lo normal la extraña convivencia que allí se terciaba.

Sin embargo, yo siempre había presentido que algo extraño había en nuestro pueblo, jamás salíamos de él, era la primera regla y la más importante, allí estábamos supuestamente protegidos del mal que viajaba por el mundo. Mi curiosidad innata y mi espíritu aventurero, me hacían imaginar como sería la vida fuera, y esperaba que llegase el día en el que pudiese salir. Nunca hablé con nadie de estos pensamientos que me inundaban, ni tan siquiera con mi buena amiga Nataly. No se si es que todos se habían acomodado a esa clase de vida, o es que no gozaban de curiosidad hacia lo desconocido, algo que en mi parecía tan natural.

Allí cultivábamos, producíamos y teníamos de casi todo. Lo que nos llegaba a hacer falta, se encargaba una cuadrilla de hombres, que saliendo al anochecer, se dirigían a la ciudad en busca de nuestras necesidades. Incluso, en alguna ocasión esporádica, llegaba a producirse alguna baja, sin que jamás yo hubiese escuchado alguna explicación al respecto. Lo que si sabía, es que estábamos protegidos de cualquier visita extraña, se hacían turnos de vigilancia, a pesar de que supuestamente una extraña fuerza eléctrica nos mantenía ocultos de cualquier curioso que se acercase por allí, haciendo invisible tanto nuestro poblado como los habitantes que se hallasen en él en ese momento.

Por lo que decían mis padres, no querían hacer crecer una incertidumbre hacia lo desconocido, nuestra vida era aquella y así deberíamos de vivir, así que jamás nos contaron nuestro origen, ni el porqué de ese aislamiento ni siquiera la razón de no tener contacto con el exterior. Supuse que los más ancianos y los miembros del consejo si lo sabrían, y no entendía el porqué de tanto misterio.

Mi espíritu inquieto no podía con esa clase de vida, así que una noche, cuando ya todos dormían, conseguí en medio de aquella oscuridad, recorrer las calles del pueblo, burlando los servicios de vigilancia nocturna y adentrarme en la espesura del bosque.

No creía que me diese tiempo a regresar para cuando todos se levantasen, pero me daba igual, mis padres me conocían bien y con seguridad sabrían lo que había pasado. Lo que no podía saber, era la clase de castigo que me impondrían, además, es que no lo harían mis padres sino la comunidad, pero habría valido la pena, estaba segura de ello.

Después de dos horas de camino, llegué a una carretera general, pero aún así, seguí caminando a la par de ella, ocultándome entre los árboles cada vez que pasaba algún vehículo, no quería que nadie me viese, por lo menos, no de momento, hasta saber que es lo que originaba esa prohibición.

Llevaba una hora más recorrida, cuando distinguí a lo lejos un pueblo, seguí mis pasos temerosa de lo que pudiese encontrarme, aunque la intriga podía más que nada. Me adentré con lentitud, aún era de noche, así que no vi a nadie. Seguí caminando hacia el centro, seguramente allí estaría localizada la comisaría y con seguridad habría algo de movimiento en esa zona.

Como suponía, aprecié en la distancia, algunas personas entrando y saliendo de aquel lugar. Parecían bichos raros, muy extraños y feos, aunque pensé que tal vez la noche y la lejanía, me estaban causando una mala jugada. Seguí acercándome con cuidado, buscando las zonas más oscuras para que no me descubrieran. Estaba ya lo suficientemente cerca, como para espiar a los humanos, y asombrada los observé con aquellos andares tan raros y esos cuerpos deformes... ¿que estaba pasando? Nunca me dijeron que no eran como nosotros, eran repulsivos y espigados, y su habla, era ininteligible.

De repente, uno de ellos, pareció mirarme, probablemente la negrura de la noche no le había permitido verme bien, así que comenzó a caminar hacia mi. No sabía que hacer, si echar a correr o buscar un escondite, por allí no había nada que sirviese para poder ocultarme, aunque un poco más adelante me pareció apreciar un callejón, debería apresurarme antes de que el hombre estuviese más cerca.

Pensé que me había dado tiempo, sin embargo, ese ser abominable penetró detrás de mi. No tenía escapatoria,  no había salida... Cuando me di la vuelta, lo tenía delante, portando una barra de hierro. De cerca aún era peor de lo que me había parecido al principio. Se sujetaba tan solo por dos extremidades, no entendía como podía guardar el equilibrio, en las superiores sujetaba aquella barra que había levantado con intención de golpearme, en su cabeza tenía algo de color negro que parecía suave pero le daba un aspecto dantesco, tenía dos ojos, ¿como podía tener percepción de todo con solo dos ojos? Me asustó tanto por su aspecto como por su intención. Salté por encima de él, lo más alto que pude, y salí corriendo calle abajo, perdiéndome en el oscuro bosque retornando a mi hogar. Ahora lo entendía, no querían asustarnos con aquellos seres terroríficos y grotescos que habitaban fuera de nuestro poblado. Aún llegaría a tiempo antes de que amaneciese y la comunidad despertase, pero no iba a decir nada, moriría con mi secreto, me sentía temerosa por lo que había visto, pero sobre todo avergonzada por no haber confiado en ellos. Me prometí no volver a desconfiar de mi pueblo que me cuidaba y me protegía de los malos que vivían fuera...

viernes, 1 de noviembre de 2013

-"NAAMAH" LA DIABLA-

Se sentía perdida en un mundo irreal para la mayoría, pero real para los de su especie. Fuera de lugar y confundida, como si su sitio fuese otro y algo la hubiese traído allí por casualidad. No entendía su misión y el cumplir con sus deberes le causaba un gran dolor que ocultaba bajo una falsa máscara de malicia.

De momento, parecía pasar desapercibida para todos, aunque llegaría un día que su existencia le pesase tanto, que sin poder evitarlo se daría finalmente a conocer. Alguien había cometido el error de enviarla allí, y no sabía como podría hacer para salir de aquel lugar que la atormentaba y la llenaba de desdicha.

Era una diabla seductora de nombre Naamah, estaba a una escala inferior a los demonios, que tenían más poder que ella, apenas se relacionaba con ellos, pues sus funciones eran distintas. Debía cada día, visitar humanos y llenar sus mentes de ideas perversas tratando por todos los medios de que hiciesen el mal. No era un trabajo complicado, pero no le agradaba ni lo más mínimo, sobre todo cuando daba con mentes débiles donde su misión era realmente fácil. Lo peor de todo para ella, eran los daños colaterales, cuando por culpa de las percepciones que transmitía a su víctima, resultaban dañados otros humanos, en ocasiones no eran más que niños que sufrían mucho, llegando incluso a veces a fallecer o a perder su entorno familiar, rompiendo su estabilidad mental afectando su futuro de manera irremediable.

Intuía, pues no sabía si sería cierto, que alguna vez había sido humana, pero de lo que si estaba segura era de que no habría sido una mala persona, miles de sentimientos que iban en contra de lo que debería sentir, bullían por su interior creando un caos que la atormentaba; el que la envió a ese lugar endiablado, nunca mejor dicho, debió de haberse confundido y tendría que  encontrar la manera de librarse de aquella tortura que la devoraba por dentro.

No se le ocurría la manera de poder escapar de allí, ya que volaba de dimensión en dimensión, sin perder nunca el enlace con aquel averno. No podía confiar en nadie allí, así que acabó asumiendo su triste eternidad, dejándose llevar por un cúmulo de rabia contenida explotando en un fuego tan intenso, que sus compañeros la miraron extrañados por aquel comportamiento. No había caído en cuenta de la presencia de Abaddon, demonio destructor, era el más peligroso y más violento de todos, temido por el resto. Se acercó despacio mientras ella se ponía en pie con actitud desafiante hacia él, no iba a permitir que la atemorizase.

Si situó delante de Naamah, clavando su mirada vacía y libre de cualquier sentimiento en ella, llevando sus malvados ojos negros por toda su figura, y con un dedo que más parecía una garra, comenzó a acariciar su pecho, recorriendo a continuación su cuerpo mientras daba una vuelta alrededor de ella, hasta que volvió a su posición inicial. Una vez enfrente, con voz profunda y fuerte le dijo:
  • Me complace ese arranque de ira tan fuerte que has tenido, ahora bien, me gustaría saber cuál ha sido el motivo...
Lo miró sin dar muestras de temor, y acercándose como ella sabía, puesto que para eso era una diabla seductora, comenzó a acariciarlo y a rozarse contra él, con la idea de enturbiar su mente y llevarla hacia otro camino, algo que parecía que estaba funcionando, se mostró entusiasmado con la reacción de Naamah, sonriendo lascivamente a la joven diabla.
  • Solo me sentí ofendida cuando un joven diablo rechazó un encuentro conmigo, es la primera vez que me pasa y no consigo entenderlo, ¡me puse furiosa! -mintió dando mucho énfasis a su historia-.
  • Yo tampoco lo entiendo -dijo el demonio babeando por encima de ella-, y comprendo tu cólera, tal vez este ser podría complacer tus deseos para que olvides ese episodio tan lamentable que ha herido tu amor propio -continuó mientras la atraía con fuerza hacia él-.
  • Me encantaría -siguió mintiendo ella, esta vez con miedo a que notase su disgusto por sentir su gran miembro erecto muy pegado a ella, tanto, que le hacía daño- pero ahora tengo que ir a hacer una visita, tal vez a mi regreso podríamos encontrarnos -dijo mientras rogaba que no se sintiese molesto por no acceder a su petición en ese mismo momento-.
  • Lo entiendo, no quisiera que tuvieses problemas por mi culpa, te esperaré en mi aposento, no tardes, estaré ansioso esperando tu llegada, -habló mientras con su lengua recorría el hermoso cuello de Naamah-.
Se retiró sin más, mientras ella tuvo que hacer grandes esfuerzos para controlar las nauseas que le había provocado el asqueroso ser. Ahora si estaba atrapada y en problemas ¿qué podría hacer? Pensó durante un rato, intentando buscar una respuesta, hasta que de repente, se le ocurrió, había tenido su oportunidad siempre muy cerca, ¿cómo no había caído en cuenta?

Se fue a visitar a una de sus víctimas, no tendría que ir hasta más tarde, pero era algo que carecía de importancia, no controlaban los horarios. Si tenía suerte un ángel protector se presentaría en cuanto detectasen su presencia, normalmente no les daban tiempo a aparecer, ya que ejecutaban su acto con rapidez, con la idea de que cuando notasen su actividad, ya fuese demasiado tarde. Hoy sería distinto, esperaría pacientemente a que apareciese, y le pediría ayuda, con seguridad, no se la negaría.

Y así fue, después de un rato apareció, con la forma de un hombre muy atractivo, que la cautivó por completo. Como pudo le explicó su relato conteniendo sus ganas de llorar, hasta que al final, sintiéndose derrotada estalló en un llanto angustioso y desesperado. El joven ángel, con compasión y amor, la envolvió en sus brazos, entendiendo lo que le ocurría, y con dulzura se elevó con ella, llevándola a la máxima dimensión de plena de felicidad y bienestar. Arropándola con sus alas, la hizo sentir por primera vez segura y amparada, mientras se dirigían en busca del ángel superior.

Una vez allí, después de volver a contar su dolorosa historia, confirmaron su sospecha, un error había alterado su destino, enviándola equivocadamente al infierno. La dejaron en compañía del joven ángel, el la ayudaría a superar el daño sufrido, encauzándola en una nueva eternidad llena de paz y plenitud, y de la que ella esperaba, llegase a surgir algo con su nuevo acompañante.




martes, 29 de octubre de 2013

"SENTENCIADA"

Providence (Rhode Island) Noviembre de 1.692

Había heredado los poderes de mi abuela, incluso parecía poseer más dones que los que ella tenía. No me gustaba considerarme bruja, era una palabra que en la antigüedad se relacionaba con el mal, la magia negra y el culto al demonio, con una reputación de mujeres malvadas y sin escrúpulos. Todo más lejos de la realidad, las brujas siempre han sido mujeres de amplia bondad, con poderes adivinatorios y curativos que se usaban para hacer el bien.

Mi abuela me había iniciado desde muy pequeña para estimular mis aptitudes y que no se perdieran, explicándome al detalle como debería ejercer esas maravillosas habilidades que Dios me había otorgado.

Cuando era adolescente, comencé a acompañarla en sus visitas a los enfermos, incluso atendiendo algún parto en ocasiones complicado, dónde yo descubrí una de mis capacidades más notables. Era capaz de girar a un bebe en el vientre de su madre, cuando llegado el momento del parto no estaba en la posición adecuada, disponiéndolo para un buen alumbramiento, salvando a unas cuantas mamas y a sus pequeños de una muerte segura.

También gozaba de cierta facultad para eliminar la mala fortuna que en ocasiones acompañaba a las familias, y con respecto a las enfermedades, fui adquiriendo con facilidad todos los conocimientos de que disponía mi abuela, más los que yo me encargué de buscar leyendo libros e investigando por mi cuenta.

Mi arte adivinatorio era muy acertado, no errando nunca en mis predicciones, para lo que usaba el poso del café y en ocasiones piedras mágicas. Poco antes de fallecer mi abuela, me había dicho que me consideraba la bruja más poderosa que jamás había conocido. Cuando se murió, yo heredé su libro de hechizos y conjuros, que aunque no me hacía falta, guardé como un tesoro.

Me case con Anthony, un joven campesino del pueblo que me regaló dos preciosas hijas y una vida llena de felicidad. Mis poderes tenían una pega, y es que no podía usarlos para beneficio propio en el caso de la adivinación, aunque si para la curación, con lo cual nunca pude saber lo que me disponía el futuro, así que disfrutaba de cada nuevo día con mi esposo y mis hijas como si fuese el último.

Tenía mucho trabajo en el pueblo, era muy querida y respetada, y me llamaban para cualquier enfermedad, percance o dificultad, desde un parto, un niño enfermo, una muela con dolor, lectura del futuro, incluso para tratar algún animal enfermo; lo que nos permitía vivir sin excesos pero cómodamente, sin que jamás nos faltase la comida.

La vida se complicó de repente. Habían llegado noticias de Salem, una ciudad a 88 kilómetros de nosotros, donde estaban realizando juicios contra varias mujeres a las que habían acusado de brujería y de culto al demonio, causando enfermedades y distintas alucinaciones en la población, algunas ya las habían sentenciado a ser quemadas en una hoguera, otras, estaban a la espera de juicio. Ésto, sumado a una terrible epidemia que estaba arrasando nuestro pueblo, llevándose principalmente a los niños más pequeños y a los ancianos, hizo que comenzasen a dudar de mi, diciendo que estando en contra de los juicios de Salem, había cursado una venganza, tratando de matar a todos los miembros de la aldea. Me detuvieron y me encarcelaron a la espera de un juicio que intuía, no iba a ser justo, y todos los que en su día me querían y me respetaban, me dieron la espalda renegando de mi, escupiéndome e insultándome cuando iba en el carro camino de la prisión. No permitieron que recibiera la visita de Anthony ni de mis pequeñas, lo que causaba un gran dolor en mi corazón.

Como esperaba, no fue justo, los que un día estaban agradecidos por haberlos ayudado, ahora declaraban en mi contra acusándome de brujería y de ser aliada de Satán. En mi declaración expuse mi inocencia, opinando que todo esto no era más que extremismo religioso, jamás había hecho el mal a nadie, poseía unos dones heredados de mis antepasados que nunca se habían usado para hacer el mal, y enfadada dije que todo ésto era una intromisión gubernamental de mi libertad individual.

Después de falsas acusaciones e infinidad de fallos en el proceso, sabía cual iba a ser el desenlace, y no estaba equivocada, no hacía falta ser adivina para saberlo... Al igual que mis compañeras de Salem, me condenaban a morir quemada en la plaza del pueblo a la vista de todos mis vecinos.

Rogué que se me concediese la visita de mi esposo y de mis hijas para poder despedirme, y por sorpresa, me lo concedieron. Cuando Anthony llegó a mi calabozo acompañado de mis dos niñas, el corazón se me alegró, me abracé a él con tanta intensidad y tanto amor que mis carceleros se hicieron a un lado para dejarnos unos momentos de intimidad. Comencé a llorar en sus brazos, mientras el me acariciaba con mucha ternura, las niñas mientras tanto, se habían abrazado a mis piernas sollozando y reclamando mi atención. Me agaché para estrecharlas en mis brazos, Samantha ya tenía seis años, pero todavía era muy pequeña para entender lo que estaba pasando, y July con solo dos, me miraba con esos ojos azules y brillantes que poseía, intentando adivinar en mi mirada que era lo que me pasaba. Era un bebé apenas, pero siempre adiviné en ella algo muy especial, era poseedora de mis dones y algo me decía que si yo era poderosa, ella lo sería mucho más...

No se como ocurrió, pero July pareció entrar en una especie de trance, y diciendo en su lenguaje infantil -mami, no llores, no tes tiste, July te va sacar de este feo sitio-, de repente de sus hermosos ojos salió una luz que iluminó el calabozo, y al instante aparecimos en nuestro hogar.

Poseía una facultad extraordinaria que yo nunca había conocido en ninguno de mis antepasados, era capaz de transportar en el espacio lo que ella quisiese. Deberíamos irnos enseguida, antes de que nos encontrasen, puesto que además de quemarme a mí, lo harían con la pequeña, los carceleros seguramente habían sido conscientes del extraño episodio ocurrido.

Cogiendo lo justo que entraba en nuestro carro, nos fuimos. Encaminamos nuestra vida hacia otro destino, más allá de toda esta maldad humana. En busca de un pueblo lo más alejado posible para comenzar una nueva vida llena de felicidad.


"SALTO EN EL TIEMPO"

Bajamos la autovía con dirección a la ciudad, después de haber pasado todo el domingo con unos amigos haciendo senderismo. Ya estábamos muy cerca, quedaban ocho kilómetros para la entrar en ella, cuando de repente... no sabemos exactamente que pasó, pero circulábamos en plena ciudad. Saúl paró en cuanto tuvo ocasión y me miró pasmado -¿qué ha pasado?-. No supe que contestarle, yo tampoco me explicaba como habíamos aparecido allí. Esa fue nuestra primera experiencia al respecto.

Volvíamos hacía casa después de una cena romántica, eran las dos de la mañana y apenas había coches en el centro. Sin que notásemos nada extraño, al igual que en la primera ocasión, nos vimos en un lugar que no correspondía. Esta vez no reconocimos el lugar donde nos encontrábamos, la noche es buena desorientadora y más en una situación así. Estacionamos en el andén e intentamos tranquilizarnos para intentar orientarnos. Sin ser capaces, seguimos camino con gran nerviosismo, a la espera de encontrar alguna señal informativa de la localidad donde nos hallábamos. ¿Y si esta vez ese extraño suceso nos había trasladado a una ciudad alejada de la nuestra? Pocos kilómetros adelante nos relajamos al saber que estábamos en un pueblo muy cerca de nuestra casa.

Estos episodios comenzaron a obsesionarnos y a preocuparnos, y decidimos ir a hablar con un amigo al que le apasionaba todo lo relacionado con fenómenos extraños. Le causó gracia, y nos dijo que eran pequeños saltos en el tiempo, un fenómeno parapsicológico en el que debido a la presencia de divergencias magnéticas y entrando en contacto con dimensiones temporales paralelas, una especie de agujeros de tiempo y espacio, nos trasladábamos a otro espacio en nuestra realidad; lo que venía siendo algo parecido a un agujero negro. La posibilidad de que se repitiera este fenómeno era ínfima, habíamos dado de forma casual con dos portales que nos habían llevado a otro lado, el que nos volviese a ocurrir era prácticamente imposible.

Pasamos un año tranquilo y con este raro fenómeno prácticamente olvidado. Una tarde de invierno con un temporal impresionante, Saúl me fue a buscar al trabajo, estaba muy cerca de nuestra casa, siempre iba caminando, pero ese día agradecí el que viniera a recogerme salvándome de una mojadura muy probable.

¡No nos lo podíamos creer! Estábamos ya para aparcar al lado de nuestra casa, cuando ocurrió de nuevo. Allí donde aparecimos no llovía ni hacía viento, es más, el suelo se veía seco, no había llovido por lo menos en unas cuantas horas. Seguimos camino como en la última ocasión, para intentar averiguar dónde nos encontrábamos, era una vía rápida con un gran fluir de tráfico. Enseguida salimos de nuestra duda, estábamos en Madrid, a seis horas de nuestra localidad. Esto se estaba “saliendo de madre” ¿dónde nos llevaría la próxima vez?

Llegamos a casa agotados cerca de la una de la mañana, en seis horas el despertador nos reclamaría, esto comenzaba a ser angustioso...

Nos reunimos de nuevo con nuestro amigo, esta vez no le pareció tan gracioso, le sorprendió que ya nos hubiese ocurrido en tres ocasiones, y se temía que volvería a pasar... Se suponía que al pasar por ciertas zonas magnéticas se habría un portal que era el culpable de un desplazamiento en el espacio, la probabilidad que se había dado en nuestro caso, era muy extraña. Algo había en nosotros que como un imán, atraíamos esa fuerza cósmica. No había nada que se pudiese hacer, salvo esperar a que no se volviese a repetir... Lo que si era cierto, es que si volvía a pasar, lo más seguro es que nos llevase bastante más lejos que la última ocasión.

Después de tres tranquilos años sin que este extraño fenómeno se volviese a presentar, relajamos nuestra vida olvidándonos de los episodios vividos. Estábamos de vacaciones y habíamos ido a pasar el día a la playa, yo, embarazada de seis meses, me hallaba en una época muy feliz. De regreso a casa, la niña saltó en mi vientre de manera violenta, y al momento aparecimos en otro lugar.

En esta ocasión si que fuimos conscientes de hallarnos en otra realidad, la lejanía dónde nos había trasladado era un lugar desconocido para nosotros, desde luego no estábamos en nuestro lugar, en nuestra tierra, en nuestro planeta... ¿o sí? Alterado Saúl comenzó a decir que estábamos en otra dimensión, sin retorno a nuestro origen.

Un terreno seco y rocoso se presentaba ante nosotros, sin apreciar ningún tipo de vida a alrededor. El cielo de un azul intenso sin nubes, presentaba distintos planetas algunos más cerca y otros más lejanos, en total contamos cinco. Probamos el coche que pareció funcionar, así que seguimos camino para tratar de encontrar alguna ciudad o cuando menos, algo de vida... Por suerte acabábamos de llenar el depósito, así que teníamos gasolina para bastantes kilómetros. Después de dos horas, el paisaje comenzó a cambiar mientras la noche comenzaba a dejarse notar. Una gran luna con una luz inmensa y potente alumbró nuestro camino, pudiendo apreciar algo de verde en el camino comenzando a parecer distintos árboles. A lo lejos nos pareció distinguir una ciudad, ¿qué clase de gente viviría allí? ¿serían pacíficos?

Nuestra entrada fue temerosa, ante la incertidumbre de saber lo que íbamos a encontrar allí, se unía el desaliento de estar fuera de nuestro entorno sin saber exactamente donde nos hallábamos. Para nuestra sorpresa, las personas que encontramos transitando por allí eran como nosotros, o por lo menos, eso parecían.

Aparcamos en cuanto pudimos y bajando del coche enseguida comenzaron a acercarse a nosotros distintas personas con trato amigable. Enseguida nos explicaron que habíamos llegado a otra dimensión, y que deberíamos considerarnos privilegiados.

Reunidos ya más tranquilos con miembros del consejo de la ciudad, nos explicaron con más detalle. Solo ciertas personas gozaban del honor de pasar a este espacio paralelo fuera de todo mal, ni violencia, ni enfermedades, ni pobreza... allí era como si la caja de Pandora jamás se hubiese abierto. Solo personas de gran corazón y un alma pura y peculiar pasaban a ese lado, y era muy casual que tanto yo como mi esposo gozásemos de esas cualidades necesarias. Allí había personas de distintas partes del mundo, desaparecidas sin que jamás se hubiese encontrado rastro alguno, incluso descendientes de las personas que misteriosamente habían desaparecido en el vuelo-19 en el triángulo de las bermudas en el año 1.945.

Nos sentíamos felices, a nuestra hija le íbamos a regalar una vida dichosa llena de felicidad y sin enfermedades, que bonita manera de empezar una nueva vida...



domingo, 27 de octubre de 2013

"REGALO DEL PASADO"

Nos encontrábamos en el siglo XXII, año 2.165, plena era de la inteligencia y la tecnología avanzada y era consciente de que realmente habíamos sufrido un atraso considerable en determinadas cosas.

Un gobierno dictador en el que nos hallábamos todos sometidos, dirigía nuestras vidas y nosotros de manera sumisa acatábamos sin dar muestra de inconformismo. Existían varias reglas que todos obedecíamos como si fuésemos autómatas. Las nuevas generaciones habían crecido sin ser conscientes de muchas realidades vitales y naturales, ya que nos estaba prohibido hablar de ciertos temas, bajo pena de multa y arresto por largo tiempo. Los más viejos que sabían temas del pasado, simplemente callaban...

Al nacer nos implantaban un chip en el cerebro, que nos conectaba a una central de datos desde la que adquirían total información sobre nosotros, desde nuestra capacidad intelectual, hasta donde estábamos y hacia dónde nos dirigíamos, les daba total control sobre nuestra vida. Según nuestra inteligencia y capacidades, nos obligaban a estudiar y a ejercer lo que ellos consideraban, y los que nacían con algún fallo que se les había escapado, -puesto que todo lo tenían prácticamente controlado-, los desechaban considerándolos escoria de la humanidad sacrificándolos, puesto que para ellos no eran más que un gasto en la sociedad sin obtención de ningún beneficio. Así intentaban crear una población inteligente y activa, y sí es cierto de que todos teníamos trabajo y dinero, sin que nadie sufriese ningún tipo de necesidad.

Las enfermedades y accidentes graves -que escaseaban, una de las cualidades de nuestra época era la gran seguridad en todos los aspectos-, era de fácil solución dados los avances médicos de los que disponíamos, y operaciones que en otro tiempo con seguridad se alargaban en el plazo de recuperación, hoy en día eran algo de convalecencia fugaz.

Sin embargo, había algo que yo no entendía, aunque para nuestros gobernantes sí que tenía una explicación.

A través de mi madre, llegó a mis manos un secreto que nadie debería conocer, nuestra vida dependía de ello. Era un raro utensilio que en el pasado llamaban CD, que al parecer servía para grabar datos. Había pertenecido a la abuela de mi madre, pasando de una mano a otra en las siguientes generaciones. Había nacido en el año 2.050, año de grandes cambios tecnológicos, y ella intuyendo lo que se avecinaba dadas las últimas noticias, en el año 2.090 grabó una información para que nosotros, sus descendientes supiésemos algo que consideraba muy importante para que no quedase en el olvido.

A través de un buen amigo en el que confiaba plenamente y con él que estaba comenzando una historia más allá de la amistad, dado sus conocimientos informáticos, le pedí ayuda para conseguir visualizar lo que mi bisabuela nos había dejado, mamá no quiso adelantarme nada, y al parecer no me lo dio antes puesto que no había llegado el momento. La curiosidad me invadía de manera obsesiva ¿que sería lo que nos contaría en aquel artilugio?

Javi quedó impresionado cuando lo vio, tan solo en fotografías a través de la red, había tenido la ocasión de visualizarlo, en alguna ocasión en la que su curioseo le llevó a buscar cualquier información al respecto de aquel instrumento de grabación de datos tan aparatoso. Consiguió acoplar una pieza a su terminal para que pudiésemos verlo.

Me iba a dejar sola con esta información, para que yo disfrutase del momento con mi antepasada. Pero no acepté, él era importante para mi y quería compartir este instante único, estaba segura que allí no había nada que él no pudiese escuchar.

Nos acoplamos los dos, muy juntos, emocionados a la espera de que comenzara la emisión. Me enterneció verla y escucharla, tan dulce y con su hablar tan pausado. Aun era muy joven cuando realizó la grabación, tan solo cuarenta años y acerté a descubrir una gran mujer inteligente y de una belleza sobervia.

Después de enseñar distintas imágenes de como estaba la ciudad en esa época, pasó a lo realmente importante. En ese año se había aprobado en las cortes generales la prohibición de mantener relaciones sexuales, el objetivo era en primer lugar erradicar las enfermedades de origen sexual como el sida y el virus del papiloma humano que en los últimos años había crecido de manera escandalosa, y por otro lado, controlar la fecundidad de las mujeres de tal manera que solo se escogerían los embriones en perfecto estado y libres de enfermedades congénitas y de otras como el cáncer. Nos preguntamos que era eso de las relaciones sexuales, y no tardamos en encontrar la respuesta, mi bisabuela muy inteligentemente había supuesto que llegaría una época en la que sería un tema desconocido, así que nos ilustró ampliamente como eran, detallando con sus propias palabras los sentimientos que originaban ese especie de deseo, que daba un gran placer a una pareja. Placer que era totalmente desconocido para nosotros... Visualizamos distintas imágenes de lo que era eso, y aún asqueada, no fui capaz de sacar mis ojos de esas imágenes, Javi se reía al ver esos cuerpos desnudos moviéndose sin parar y gimiendo, tocando zonas que ni me atrevía a imaginar en mi mente. ¿Eso sería posible? Un beso en la boca, como hacían las personas en la imagen, estaba prohibido, los besos se reducían a alguno ocasional en la mejilla, pero en nuestra cultura no era algo habitual, ni tan siquiera abrazarse como hacían en la grabación, dar muestras de cariño no estaba bien visto.

Una vez acabada, quedamos unos instantes en silencio, hasta que Javi lo rompió, diciéndome que le parecía algo interesante, y que quizá podríamos probar. ¡Estás loco! Fue mi respuesta, me parecía algo repugnante.

Una vez en casa, comenté lo ocurrido con mis padres, se echaron a reír, y me sorprendieron al decirme que ellos lo habían probado y lo prácticaban, y que les parecía algo necesario en una pareja, unía mucho, además era algo muy placentero. Si me decidía a probarlo, debería tener cuidado, pues en ese acto cabía la posibilidad de quedarme embarazada, así es como se procreaba en la antigüedad, a través que un fluido que el hombre expulsa en este acto dentro de la vagina de la mujer.

Me acosté alucinando con toda aquella nueva información, tal vez debería probar, si papá y mamá lo habían hecho, no debía ser tan terrible.

Hablé con Javi al día siguiente, y lo sorprendí con la propuesta de intentarlo, sería esa misma tarde, sus padres no estarían en casa hasta la noche, lo que nos dejaba varias horas por delante, no sabíamos cuanto tiempo tardaba en realizarse todo el acto, así que a lo mejor nos hacía falta mucho y más teniendo en cuenta nuestra inexperiencia en el tema.

Comenzamos besándonos, como hacían en la reproducción de la bisabuela, y la verdad que me gusto, ¡y mucho! Empezamos lentamente, como con miedo, subiendo la intensidad poco a poco, hasta que comenzamos a juguetear con nuestras lenguas. Era algo increíble, sentía algo extraño dentro de mi, que me provocaba unas ganas locas de abrazarlo fuertemente y comérmelo por todos lados... ¡que extraño! Comenzamos a desvestirnos, al principio con timidez, pero una excitación incipiente nos hacía perder toda la vergüenza con la que comenzamos, dejándonos llevar por la situación. Me complacía sentir su cuerpo desnudo contra el mío “piel con piel”, que sensación tan hermosa y deleitosa. Nos acostamos en la cama, sin dejar de besarnos y tocarnos por todas partes, mi sexo vibraba de una manera rara, quería que me tocase allí, lo necesitaba, y él llevaba mi mano al suyo, haciendo que la moviese arriba y abajo, era increíble como sin tener ni idea nuestros cuerpos nos iban guiando y diciendo lo que teníamos que hacer. Llegó un momento en el que ya no aguantábamos más, la situación nos pedía algo más intenso, entonces Javi, se puso encima de mi, continuando con sus besos y caricias, el sentir su sexo pegado al mio me volvía loca. Sin saber como ocurrió, introdujo su miembro dentro de mí, primero dolió dejando enseguida paso a un placer excepcional que me hacía perder el control, no duró mucho, a lo sumo dos minutos, pero fueron los más grandes e intensos que jamás habíamos vivido, explotando al finalizar en unas sensaciones grandiosas difíciles de explicar. En total el acto debió durar tres o cuatro minutos.
Esa fue solo la primera de distintas placenteras ocasiones, las siguientes fueron mejorando, aguantando más en cada relación sexual. ¿Como podían permitir que el ser humano se perdiese de un placer tan sublime?

Guardamos nuestro secreto, como lo habían hecho mis antepasados, teniendo especial cuidado en no crear una vida dentro de mi, de ello dependía nuestro futuro, mi pena solo era el no poder gestar un hijo cuando llegase el momento, de la manera mas bella y natural que existía...